El autor cena en casa de Kelly Keiderling, mayo del 2005 |
Que funcionarios del gobierno estadounidense realicen acciones de esta naturaleza no es noticia para los cubanos, las hemos sufrido por más de 50 años, pero el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela pronuncia un nombre bien conocido por nosotros, Kelly Keiderling.
La conocí el 14 de mayo del 2004 en la residencia de Francisco Sáenz funcionario de la SINA en la Habana. Una reunión muy bien preparada en la que fui el invitado “especial”. A ese encuentro asistieron Lois John Nigro, Jefe Adjunto de la Sección de Intereses de los Estados Unidos, Stanislav Kázecký, Primer Secretario de la Embajada Checa; Patricio Pradel Elgueta, Consejero de la Embajada de Chile, Koen Sizoo, Consejero de la Embajada de los Países Bajos, el contrarrevolucionario Dagoberto Valdés, el anfitrión Francisco Sáenz, otros funcionarios y ella, Kelly Keiderling, Primera Secretaria de Prensa y Cultura de la SINA.
En ese primer encuentro conversamos sobre las perspectivas personales inmediatas, sobre todo se interesó por la forma en que podría ayudarme a mejorar mi situación económica. Manifestó estar muy sensibilizada con la situación cubana, ese día usó por primera vez su chiste preferido, el cielo debe estar lleno de cubanos, cuando alguien preguntaba por qué, respondía: porque ustedes aguantan como nadie.
Desde ese día y durante dos años fue presencia casi permanente en mi vida. Fue una dedicada “maestra”, discutíamos de política, del futuro de Cuba, de las relaciones entre su país y el nuestro, no siempre coincidíamos, ella era partidaria de arreciar la guerra económica, de apretar el dogal para provocar el descontento, acusar al socialismo del fracaso económico y así lograr que la gente se decidiera a combatir al “régimen”, en eso la contradecía siempre y ella gastaba decenas de argumentos para convencerme.
Kelly apostaba además por la guerra en el terreno de las ideas, de los valores, de la cultura, trabajaba fuerte en el sector artístico y se indignaba por los pocos resultados que obtenía. Desconfiaba de los mercenarios, siempre intentó mantenerme lejos de ellos, los aborrecía con toda su alma pero los utilizaba.
Su nivel de influencia fue profundo y amplio, es la madrina de bautizo de mi hija menor. Facilitó la salida de mi madre hacia los Estados Unidos e intentó sacar al resto de la familia, argumentando la relación familiar y la necesidad de formación de mis hijos en una nación libre y democrática, ella se ocuparía de todo, incluidos los gastos. Yo quedaría en Cuba, contribuyendo a su liberación de la “dictadura”, nunca me faltaría nada, siempre tendría todo el apoyo y la protección de gente poderosa y comprometida en su país con la causa de los cubanos.
Kelly es una mujer inteligente y disciplinada, con una amplia preparación, graduada con honores de la Georgetown University en Ciencias Políticas, tiene estudios de posgrado en la Universidad de la Guerra Nacional en Washington, DC, convencida anticomunista, dice que no es ni demócrata ni republicana que es estadounidense, con amplio pedigrí en los servicios especiales, oficial CIA e hija de oficial CIA.
Su expediente es largo, Zambia, Etiopía, Kirguistán, Botsuana, Cuba, Moldavia, trabajó como directora de gabinete de la Oficina de Irak del Departamento de Estado, hasta que fue asignada a la Embajada de los EEUU en Venezuela. Si se tiene la curiosidad de buscar los años en que estuvo en esos países saltarán datos interesantes. Por donde pasa deja huellas.
Participé en muchas tareas con Kelly, realicé por orientación de ella valoraciones del trabajo de la contrarrevolución, sobre todo de la mal llamada prensa independiente y de las bibliotecas de igual apellido, participé en la organización de conversatorios y debates con personas del sector de la cultura y la educación, cocteles con artistas invitados a su residencia en Miramar, cenas, video conferencias, proyecciones de películas, lecturas, etc.
Decenas de libros, folletos, revistas, periódicos, materiales audiovisuales, manuales sobre guerra cultural, organización de ONG y OSC, elaboración, financiamiento y valoración de proyectos, propaganda, economía, formación de partidos políticos, etc., llegaron a mis manos desde su oficina. Me instruyó sobre técnicas de enfrentamiento no violento y la experiencia de OPTOR en Yugoslavia, sobre las acciones en Polonia, la RDA y Checoslovaquia de los grupos disidentes en la lucha contra el comunismo.
Fue durante la celebración del 4 de julio del 2004 cuando Kelly sugirió por primera vez la idea de crear una agencia literaria. En un aparte en la biblioteca de la residencia conversamos largamente sobre el tema, dijo que lo pensara bien, le diera cuerpo y que en unos días lo discutiríamos, que esa sería una buena forma de hacer algo útil por el país y ayudar al sostén decoroso de la familia. Propuso que escribiera un libro “Historia de la lucha por la democracia en Cuba”, preguntó si había oído hablar de Frank Calzón, director del Center for a Free Cuba,[1] que esta persona pagaría generosamente el libro y que ella creía que yo era el hombre idóneo para hacerlo, mencionó que tenía un gran amigo, Marc Wachtenheim, Program Manager Cuba, de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF),[2] que proveería los fondos necesarios para la Agencia Literaria. ¿Qué dices? Es una gran oportunidad lo que te estoy ofreciendo. De acuerdo, manifesté, voy a pensarlo. Ahora debes incorporarte a la fiesta, comparte con los cubanos, diviértete, después te llevo a la casa.
La segunda tarea encomendada por Kelly fue formar grupos de discusión y debate, idea que estaba plenamente en línea con uno de los presupuestos principales de la agencia literaria: reunir a un grupo de intelectuales, escritores, principalmente a aquellos “afectados por la censura”, que no estuvieran de acuerdo con el actual estado de cosas en el país, o que se sintieran frustrados, desatendidos por las instituciones, pero sin excluir a nadie. Se pretendía promocionar su obra, buscar la forma de que, mediante la publicación de sus libros, lograran cierta independencia económica, y sobre todo que se alejaran de las instituciones culturales, incorporar a otros sectores del mundo artístico e intelectual, dramaturgos, pintores, actores, académicos, a las actividades de la agencia, para conformar redes que sirvieran para dotar a Cuba de un nuevo pensamiento, capaz de lograr el sueño de derribar a la Revolución.
La Agencia Literaria, enlazaba con otro proyecto, el de la Editorial Plaza Mayor, liderado por Patricia Gutiérrez Menoyo, otro plan de la CIA enmascarado en la nueva estrategia del discurso aparentemente conciliador y moderado, utilizando empresas y organizaciones pantalla como la USAID, la NED y la FUPAD.
Con la Agencia estaba completo el circuito de trabajo de la CIA hacía los escritores cubanos, una Revista, Encuentro, una editorial, Plaza Mayor y una Agencia, Aló. Faltaban los espacios para lecturas y debates, entonces Kelly promovió vínculos con embajadas europeas para la realización de actividades culturales y reuniones de intelectuales y artistas, creando espacios de discusión “libre” sobre la realidad cubana.
Kelly a finales del 2004 me puso en contacto con Marc Wachtenheim Program Manager Cuba de la FUPAD y con René Greenwald veterano oficial de la CIA, quienes se encargarían de organizar, financiar y promover el trabajo de la Agencia, que se llamaría Agencia Literaria Online “Aló” para aprovechar el posicionamiento en las redes del programa de TV del líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías.
En el 2005 me convierto en agente de la CIA bajo el seudónimo de Pablo, recibo medios técnicos y entrenamiento en el uso de programas de encriptamiento y ocultamiento de la información que me son facilitados a través de “turistas” que viajan a la isla y de funcionarios de la SINA.
Trabajamos juntos durante todo el 2005 y 2006 en que Kelly termina su misión en Cuba y se comienza a conformar un nuevo proyecto nacido de la Agencia, el proyecto Génesis, un plan de subversión político-ideológica dirigido a la juventud cubana.
Cuando el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, termina su exposición, mi hija pregunta, ¿Papá están hablando de mi madrina?, Si, le respondo la acaban de expulsar de Venezuela, la niña se acerca, se sienta a mi lado y le explico con detalles lo que acaba de escuchar, las acciones ilegales del gobierno de los EEUU contra ese hermano país, lo que pretenden lograr, la firmeza de los venezolanos, su patriotismo y nos quedamos juntos, muy juntos, como cuando era pequeña y yo le contaba historias de Martí y Maceo, en esa época dura en que no podía decir que era un combatiente revolucionario cubano, un agente de los Órganos de la Seguridad del Estado.
(Para más información leer libro “Enemigo”, publicado en el 2012 por la Editorial José Martí, la Habana, Cuba)
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