¿No será porque el Che decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en un mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen?
¿El Che vive?
─Mira, en una tierra como Latinoamérica que está gravemente enferma de impotencia, o sea, donde en nombre del realismo se predica siempre la resignación, y esperar y esperar, y la esperanza se cansa de esperar, el Che es un impaciente, un hombre de esperanza y por eso es un profeta, una especie de Issaías de América Latina, un anunciador de otros tiempos. Tal vez habría que decir que nosotros también tendremos la paciencia para esperar al Che, el regreso del Che. Claro, él resucita en cada uno que cree en lo que él creyó, y resucita en los grandes movimientos populares de liberación en estas tierras que no fueron condenadas por ningún Dios a la desgracia que soportan. (Fragmento de entrevista a Eduardo Galeano para el libro Querido Che)- Eduardo Galeano
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