Yoani Sánchez tiene una visión bastante peculiar de su país, que comparte en su blog Generación Y, creado en 2007. El punto de vista es acerbo y sin matiz. La realidad cubana aparece descrita de modo apocalíptico y cuenta su vida cotidiana compuesta de sufrimientos y privaciones. Critica duramente al gobierno de La Habana y le hace responsable de todos los males.
“Mi hijo me pregunta si habrá almuerzo hoy”
“Mi hijo me pregunta si habrá almuerzo hoy”, escribe en una crónica del 29 de junio de 2012, en “una sociedad donde cada gestión está rodeada de obstáculos e impedimentos, mucho más si se produce de forma independiente”. “Una de esas escenas recurrentes es la de perseguir los alimentos y otros productos básicos en medio del desabastecimiento crónico de nuestros mercados”, se queja. Afirma que lucha diariamente contra “los obstáculos de la vida”.
En efecto, incluso afirma tener dificultades para alimentar a su propio hijo “ante la verticalidad de un gobierno totalitario”, que pretexta una “eterna amenaza extranjera para descalificar a los incómodos”. Según ella, “con unos centavos que se le sumen a un alimento, el termómetro de la angustia cotidiana se dispara, los grados de la inquietud se incrementan”.
Contradicciones
Al leer esas líneas parece que la joven disidente cubana sufre hambre y se encuentra en total desamparo. Pero sus afirmaciones resisten difícilmente el análisis. Lejos de hallarse en la precariedad, Yoani Sánchez goza de condiciones de vida materiales privilegiadas con respecto a la inmensa mayoría de sus compatriotas. En efecto, en la edición del 23 de julio de 2012 del diario español El País descubrimos que la bloguera realizó un reportaje sobre “los 10 mejores restaurantes de la renovada cocina cubana”.
Convertida en gastrónoma y crítica culinaria, Sánchez establece una clasificación de los diez mejores restaurantes de la capital cubana y describe con muchos detalles los suculentos menús propuestos por un precio medio de “20 euros”, es decir el equivalente a un mes de salario en Cuba. Así, el Café Laurent, el Decamerón, el Habana Chef, La Casa, La Mimosa, La Moneda Cubana, Le Chansonnier, Mamma Mía, Rancho Blanco y Río Mar consiguen sus votos.
Inevitablemente surgen varias preguntas. Para poder establecer una clasificación mínimamente seria, la joven opositora tuvo que visitar por lo menos unos cincuenta restaurantes de La Habana cuyos menús cuestan en torno a 20 euros como promedio. ¿Cómo puede Yoani Sánchez – que afirma tener dificultades para alimentar a su propio hijo– gastar un presupuesto de 1.000 euros – ¡suma que equivale a cuatro años de salario medio en Cuba!– en visitar los restaurantes más selectos de la capital cubana? ¿Por qué una persona que afirma interesarse por la suerte de sus conciudadanos realiza un reportaje sobre los restaurantes de lujo en Cuba, que pocos cubanos pueden frecuentar?
El verdadero nivel de vida de Yoani Sánchez
En realidad, Yoani Sánchez no sufre ningún problema de orden material. En efecto, desde que integró el universo de la disidencia, su vida cambió de modo considerable. En el espacio de unos años, la joven opositora recibió múltiples distinciones, todas financieramente remuneradas. Así, desde la creación de su blog en 2007, la bloguera ha sido retribuida a la altura de 250.000 euros en total, es decir un importe equivalente a más de 20 años de salario mínimo en un país como Francia, quinta potencia mundial.
El salario mínimo mensual en Cuba es de 420 pesos, es decir 18 dólares o 14 euros, por lo que Yoani Sánchez ha conseguido el equivalente a 1.488 años del salario mínimo cubano por su actividad de opositora. Jamás ningún disidente en Cuba –quizás en el mundo– ha conseguido tantas distinciones internacionales en tan poco tiempo. Por otra parte, el diario El País abrió sus páginas a las crónicas de Sánchez a cambio de una remuneración que oscila alrededor de 150 dólares por artículo, es decir una suma equivalente a 8 meses de salario mínimo en Cuba.
Yoani Sánchez, nueva figura de la oposición cubana, se encuentra lejos de vivir en total desamparo. Al contrario, dispone de un tren de vida que ningún otro cubano puede permitirse y, contrariamente a lo que afirma, su hijo no sufre ninguna carencia alimentaria. La disidente, que primero emigró a Suiza antes de elegir regresar a Cuba, es lo bastante sagaz como para comprender que al adoptar cierto tipo de discurso, agradaría a poderosos intereses contrarios al gobierno y al sistema cubanos. Éstos, a su vez, sabrían mostrarse generosos con ella.
Fuente: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
Opera Mundi, Especial Para Argenpress.Info/Blogueros y Corresponsales de la Revolución
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