La televisión cubana trasmitió el martes 31 de agosto un
programa especial donde cuatro testigos, ciudadanos mexicanos, revelan las
orientaciones y el financiamiento recibido para efectuar una operación
subversiva contra la Isla, la que tenía el propósito desestabilizar la Isla,
durante la visita de Su Santidad Benedicto XVI, o al menos aborta su visita. La
orden era ocupar las iglesias, y cada participante recibiría 500 dólares.
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