La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) solicitó a empresas y organizaciones de todo el mundo que se unan a la iniciativa “SAVE FOOD”, un esfuerzo mundial destinado a reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Cada año se tiran aproximadamente 1.300 millones de toneladas de comida que se pierden o desperdician. Esas pérdidas equivalen a cerca de un billón de dólares que a los ricos y consumidores acaudalados parece no importar.
La FAO no halla mejor método que solicitar la buena voluntad de los que lucran con el hambre. Pide la participación de nuevos organismos del sector privado y organizaciones sin fines de lucro involucrados en la cadena de suministro de alimentos a unirse al esfuerzo y contribuir su experiencia.
Se estima que anualmente un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se tira o se pierde, así como los recursos naturales utilizados para su producción.
Esta indecencia se produce frente a unos 925 millones de personas en todo el mundo que no tienen para comer. Cada hora mueren unos 300 niños de malnutrición y uno de cada cuatro sufre de atrofia en su desarrollo, mientras que en los países en (sub)desarrollo, esa cifra es uno de cada tres. Sin embargo, en todo el mundo, producimos más alimentos de lo suficiente para alimentar a toda la población del planeta, informan en la red Caritas-CIDSE.
En 1996 el "gran escándalo" era tan insoportable incluso para los países ricos que se reunieron en Roma con los representantes de los países pobres en la Cumbre Anual sobre la Alimentación (CMA) y pactaron un solemne compromiso: antes del 2015 los hambrientos tenían que reducirse a la mitad, pasando de los 850 millones de entonces a 425 millones. En el 2000, ante la falta de avances, volvieron a reunirse y reafirmaron el compromiso. En julio de este año, la FAO ha reconocido que "926 millones de personas se acuestan con hambre cada noche".
Y, todavía hay quien defiende y lucha porque el mercado es la pócima y solucionadora de todos los males.
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