Norelys Morales Aguilera.- Los líderes del G-8 (Alemania, Canadá, EU, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) concluyeron su última cumbre con una declaración conjunta al modo de la más consumada retórica de Barack Obama.
Piden promover el crecimiento y el empleo y reafirman el compromiso en seguridad energética, la transición en Afganistán y continuar la presión sobre Siria e Irán, según Efe.
En Chicago, por su parte, la OTAN inauguró el domingo una cumbre en la que los gobernantes de diversos países para examinar el futuro de Afganistán cuando concluya el conflicto, desde la financiación de las fuerzas de seguridad hasta las próximas elecciones, según AP.
Las cumbres del G8 y de la OTAN iban a realizarse inicialmente en Chicago, pero la Casa Blanca anuncio de súbito que la del G8 se efectuaría en Camp David a fin de que las conversaciones en ésta fueran más íntimas, según funcionarios.
Rodeados (literalemente) de un descomunal dispositivo policial compuesto por centenares de agentes de policías antidisturbios, a caballo, a pie, a bicicleta…, al menos un millar de manifestantes “antiguerra, antiOTAN” del movimiento “Ocupa” protestaron en la tarde-noche en el centro de Chicago -conocido como el “Loop”- contra la celebración de la Cumbre de la OTAN, describió el enviado de ABC.es.
La ciudad de Chicago ha estado con total blindaje para evitar cualquier tipo de enfrentamiento. En el recuerdo está las manifestaciones de Seattle en 1999 contra la cumbre de la OMC, que el Gobierno de Barack Obama no está dispuesto a que se repitan. Y menos en su ciudad política y a menos de seis meses de que se celebren las elecciones.
Sin embargo, la intimidad gubernativa de los poderosos solo indica que no hay cambio de rumbo. Apriétense los cinturones los trabajadores que se trata de seguir cuidando a la clase financiera y que los halcones hagan la guerra.
Las noticias no pueden ser peores: nada para mejorar a la clase trabajadora y menos para el cuidado del planeta, solo son discursos.
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