Yoani Sánchez, doña yuca de las profecías |
En tanto Yoani repite sus lugares comunes habituales (caos social, hambre, vigilancia, represión, persecuciones…), la reportera se encarga de presentarla a los lectores con una “delgadez a lo Diane Keaton”, “de serena cabellera” y, tan puntual, que “no parece cubana”. ¿Acertaría la reportera en esto último? La cubanía, se la adjudicará en la supuesta rebeldía, es decir, en el desparpajo con el que calcula un problema tan serio para la sociedad cubana como el de las desigualdades sociales que se avienen tras el derrumbe del campo socialista europeo y, por consiguiente, la disolución de las bases económicas estructurales, sobre todo las del comercio internacional, toda vez que las condiciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los EEUU se agudiza en esos años con leyes mucho más injerencistas.
La crónica del corazón seguirá con su presentación como ama de casa que retrasa el lavado, feliz esposa y madre, y acuciosa regadora de plantas. Valía la pena una sección de fotos a color, con las poses de rigor. Sin embargo, el reportaje no ofrece siquiera una foto del encuentro con la periodista, en ese parque en el que, dice, debieron encontrarse para evitar las escuchas. ¿Por qué evitan las escuchas si se va a publicar lo conversado? ¿Pretenden conspirar en secreto? ¿Intentan evadir a otra revista del corazón que se les adelante? ¿Temen que, por el contrario, y en caso de que las escuchas recojan la conversación, disparates, acuerdos y desmentidos salgan alguna vez a flote? Lo cierto es que es importante generar un clima de persecución policial que cumpla con el guión al que responden medios como ABC y asalariadas activistas como Yoani Sánchez.
Es curioso, aun así, cómo la bloguera habla de quienes tienen la posibilidad de gastar a manos llenas la moneda fuerte cubana, el CUC, imbricados, según su propia clasificación, en corruptos, negociantes, beneficiarios de remesas y, no podía faltar, funcionarios con “privilegios gubernamentales”. Todos conforman, según el reportaje, “una nueva clase”. Si bien algo tan soso se hace público con la facilidad de no valer la pena, es necesario remarcar cómo la emprende por igual tanto con los cuentapropistas (empresarios en su “futuro” régimen, tras los pronosticados dos años,) como con quienes reciben ayuda familiar. Como se ve, Yoani Sánchez carece del más mínimo pensamiento político y social, desconoce la primera oración del manual de empezar a entender la sociedad y solo cuenta, eso sí, con una ayuda económica continúa que le permite gastar a manos llenas CUC y repetir el guión subversivo hasta la saciedad.
¿Dónde se ubica ella, toda vez que coincide con los privilegiados del alto poder adquisitivo en la Isla? Asalariada del Imperio es un lugar común que seguro le parecerá ridículo y hasta programado por el oficialismo. Plattista es un término que debe irle superior en sus conocimientos y valoración de la Historia de Cuba, de modo que, si lo rechaza o lo acepta, apenas conseguirá explicar por qué. Y, pongamos, para no abandonar la cosa de la Y, Doña Yuya de las profecías, mucho menos, que jamás se le cumplen, la verdad. Como adivina, le quedarían menos de dos años.
Pero al Diario ABC, lejos de importarle la banalidad raigal con que se imbrican el reportaje y las profecías de Yoani, le favorece, lo coloca en perfecta sintonía y le permite ese dúo ocasional (aunque no tanto) que extrapola sus deseos al profetizar la inmediata muerte de líderes por los que ambos, sin remedio se ven sobredimensionados.
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