CADAL, sigla que representa al llamado Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina, esconde, tras la fachada de una ONG paradójicamente fastuosa -con sedes en Argentina y Uruguay- una poderosa organización bajo el ala de la CIA destinada a atacar el estatus político cubano, según Página 12.
Una dirección subsidiaria en Montevideo y el nombre de dos referentes uruguayos aparecen en la investigación del diario argentino Página12, que desnuda la trastienda de una “fundación”, cuya existencia y funcionamiento parece más bien un rescoldo ardiente de la guerra fría. [1]
El llamado Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), es presidido por “un importador de Uruguay”, Gabriel Constancio Salvia.
La otra persona es Martha Lidia Ferreira, una uruguaya que es licenciada en Geopolítica e integrante de Blogueros y Corresponsales de la Revolución. Ferreira asegura que “Cadal recibe su mayor porcentaje de dinero para sus acciones de manos de las sucursales de la CIA para la región: la fundación Atlas, la Fupad (Fundación Panamericana para el Desarrollo), la Usaid y la NED (Fundación Nacional para la Democracia)”, entre otras entidades. [2]
En su moderna y frondosa página web, la “fundación” se proclama como “una voz clara y constante en la promoción de la democracia, el fortalecimiento de las instituciones y el progreso económico y social de América latina”.
Nido de halcones
Sumada al más cerril coro anticomunista, la voz de CADAL se dedica a atacar al gobierno de Cuba y criticar con dureza a los gobiernos que más representan el espíritu del ALBA, como Venezuela, Bolivia, Ecuador y la Argentina, afirma el matutino porteño.
Su estrecha relación con las agencia norteamericana USAID y con la NED, la cantidad de libros publicados contra Cuba y el cargo de secretaria ocupado por María Teresa Reviriego, que preside una Comisión Pro Derechos Humanos en Cuba desde una oficina en Buenos Aires, destacan en el aroma a exilio anticastrista en Miami que exhala CADAL.
La argentina Bodegas San Huberto, la empresa que preside Leonardo Spadone, hijo de Carlos, el conocido empresario teatral que se diversificó a otros rubros, es un auspiciante permanente de los eventos que desarrolla Cadal”, anota Página 12.
La subsede uruguaya, con oficina física en la calle Yaguarón 1407 piso 4º, Montevideo, cuenta entre sus sponsors al portal digital del diario El País y al Hotel Boutique Awa de Punta del Este, y entre sus analistas más publicados al politólogo uruguayo Adolfo Garcé.
CADAL publica anualmente un ranking global denominado “Democracia, Mercado y Transparencia”, que presenta en Punta del Este.
Réplica irónica
A menos de 24 horas de publicada la denuncia de Página12, el presidente de CADAL, Gabriel Salvia ocupó la cabeza de portada de su página web.
Bajo el título irónico de “Según Página/12 al CELS lo financia la CIA”, Salvia desgrana una respuesta que no desmiente ninguna de las afirmaciones del “matutino oficialista”, como califica al medio denunciante.[3]
Sin contrastar ningún hecho concreto de los referidos en la denuncia, el contraataque del presidente de CADAL alude a los aportes monetarios de la NED recibidos por varias instituciones argentinas, entre ellas el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que preside el periodista Horacio Verbitsky. Salvia entonces se pregunta si eso las convierte en “satélites de la CIA y sus miembros agentes de la inteligencia norteamericana”.
Salvia atribuye “esta campaña” contra CADAL a “los análisis e investigaciones políticas, económicas e institucionales sobre la Argentina, por lo cual puede tomarse como una advertencia en el caso que la democracia y el estado de derecho profundicen su deterioro en este país”.
Gabriel Salvia es la cara más visible de Cadal por dos razones: es su presidente y director general. Ha publicado columnas de opinión en diarios como La Nación, Perfil, El Cronista Comercial y Ambito Financiero, entre otros. Además, se desempeña en la Escuela Latinoamericana de Estudios Políticos y Económicos (Elepe), el instituto de capacitación de esta fundación en continuo movimiento.
Desde ese lugar se encarga del Programa Emprendedores de las Ideas, que tiene como objetivo “formar futuros dirigentes y activistas sociales que compartan la defensa de las libertades democráticas fundamentales, la importancia de la vigencia de un Estado de derecho y la necesaria búsqueda de consensos que se requiere para la formulación de políticas públicas que favorezcan al progreso económico y social”.
No hace falta responder alguna de las preguntas que se hace (y les hace) al puñado de alumnos que concurren a escucharlo: “¿Cómo surgió Cadal y cuál es su objetivo? ¿Qué actividades realiza Cadal? ¿Dónde se ubica políticamente Cadal?”. Parece estar a la vista. Tanto como la postura medieval de Salvia sobre la universidad pública donde, según él, “los pobres subsidian a los ricos” y las agrupaciones “controlan los centros estudiantiles e impiden el libre intercambio democrático de ideas”.
El 10 de febrero pasado escribió en El Cronista: “Nuevamente, en lugar de mirar a los países y caudillos autócratas del ALBA, hay que seguir el ejemplo de Chile, Uruguay y Costa Rica, los cuales no por casualidad encabezan todos los rankings de América latina que miden la calidad democrática y el desempeño económico e institucional y donde la Argentina retrocede año a año”. Salvia tiene por costumbre enviar este tipo de columnas a diferentes diarios o agencias de noticias donde después salen o no publicadas. Cuando ocurre lo primero, las ubica en la página principal de Cadal como si fueran editoriales que representan la opinión de esos medios, con su logotipo incluido.
[1] http://islamiacu.blogspot.com/2012/02/una-base-de-operaciones-anticastrista.html
[2] http://bloguerosrevolucion.ning.com/profiles/blogs/la-cia-en-sudam-rica-disfrazada-de-ong
[3] http://www.cadal.org/articulos/nota.asp?
Fuente: http://elmuertoquehabla.blogspot.com
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