Foto: Planalto |
Durante la larga jornada Rousseff dejó claro de manera implícita que Brasil, bajo su mandato, continuará el camino con Cuba iniciado durante el mandato del ex gobernante Luiz Inacio Lula Da Silva, de dar una dimensión "estratégica" a esos lazos.
Un resultado de esta visita ha sido el establecimiento de acuerdos cubano-brasileños [Ver] que interesan a la ciencia y la tecnología, la salud, y la esfera biotecnológica.
En el ámbito político, la presidenta no excluyó al tema de violaciones de los derechos humanos, en sus conversaciones y negociaciones con las autoridades cubanas, pero lo asumió con una perspectiva multilateral, dijo, pues ese fenómeno afecta al mundo, incluyendo a Brasil, y a Estados Unidos.
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En el campo estrictamente económico Rousseff estuvo en un puerto a 50 kilómetros de La Habana, el del Mariel, cuyo proyecto de ampliación aparece como "pionero" de una expansión de las inversiones del Brasil en este país caribeño de 11 millones de habitantes.
Allí la firma brasileña Odebrecht "aporta inversiones" por 640 millones de dólares para un proyecto de "poco mas de 900 millones" que ha sido descrito por las autoridades cubanas como una "zona especial de desarrollo" de ribetes estratégicos.
La presidenta Rousseff describió precisamente como "estratégica" la cooperación brasileña con Cuba y anunció un financiamiento brasileño a la agricultura cubana en apoyo a cambios que aplica el gobierno del presidente Castro en esa rama. [Redactado por Norelys Morales con información de ANSA]
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