Algunos internautas aficionados a las redes sociales se entretienen en difundir mensajes, habitualmente engañosos o mal intencionados, sobre la muerte de alguna persona relevante.
Ayer fue Fidel Castro. Según Twitter, el líder cubano había muerto de un paro cardíaco. Hoy ha sido Sean Connery.
Las reacciones a estas muertes son variopintas. Unos juran y perjuran que es verdad, que los supuestos fallecidos están muertos y bien muertos; otros, la mayoría, se burlan de semejantes noticias.
Eso sí, los famosos que han sido dados por muertos han cobrado una popularidad sin precedentes, convirtiéndose en 'trending topic' mundiales. [El Norte de Castilla]
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