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| Ex gobernador Bill Richardson |
De acuerdo con una declaración, Richardson vino a Cuba por su iniciativa y fue recibido como en otras ocasiones en el pasado pero la liberación de Gross nunca estuvo sobre la mesa durante los preparativos de su visita, lo cual se le aclaró inmediatamente que lo planteó.
El comunicado, firmado por la directora de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, indicó que su solicitud de ver al recluso, que no anticipo previamente, se tornó imposible, a raíz de sus declaraciones calumniosas a la prensa, en las que calificó a Gross de rehén del gobierno cubano.
Asimismo, señaló el texto, se le recordó a Richardson que Cuba es un país soberano, que no acepta chantajes, presiones, ni prepotencias ante su afirmación de que no abandonaría la Isla hasta no ver al reo estadounidense.
El gobierno cubano, a pesar de no estar obligado legalmente a dar acceso a ciudadanos privados a ningún sancionado, por razones humanitarias ha facilitado encuentros con Gross de personalidades norteamericanas que han visitado el país y lo han solicitado de manera privada, discreta y respetuosa, afirmó el texto.
Según Vidal, el estado de salud de Gross es normal, de acuerdo con su edad y padecimientos crónicos, que desmienten las versiones difundidas sobre su deterioro.
Recibe una atención médica esmerada, aseveró la nota, lo cual pudo corroborar la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba durante la visita consular que le hizo el pasado 9 de septiembre.
Richardson regresó a Estados Unidos la víspera tras una semana en La Habana donde se reunió con autoridades gubernamentales y de la Iglesia Católica en su afán de liberar al contratista norteamericano condenado a 15 años de prisión por promover acciones subversivas en Cuba. [RNV]
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