Los venezolanos continúa hoy rindiendo homenaje a las víctimas de la rebelión popular desencadenada el 27 de febrero de 1989 por el rechazo a un paquete de medidas neoliberales aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Para recordar los 22 años de la rebelión popular, conocida como el Caracazo, y considerada precursora de la Revolución Bolivariana, se organizaron diversas actividades que incluyeron, entre otras iniciativas, muestras fotográficas.
La víspera tuvo lugar una multitudinaria marcha desde el Parque Francisco de Miranda hasta la parroquia de Petare, estado Miranda, y se inauguró un monumento en el cementerio General del Sur en homenaje a las víctimas de esos sucesos, cuya cifra aún se desconoce.
En el propio cementerio se procedió a la inhumación de 71 cadáveres rescatados de fosas comunes excavadas durante la represión del 27 y 28 de febrero de 1989.
El Caracazo representó el estallido de una serie de protestas y disturbios que trataron de ser silenciados con una brutal represión por parte de la Policía Metropolitana (PM), de las Fuerzas Armadas del Ejército y de la Guardia Nacional (GN).
Luego de rebelarse contra el paquete económico diseñado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y aplicado por el presidente Carlos Andrés Pérez, los manifestantes desarmados fueron sorprendidos en las calles por cientos de miles de balas.
En el acto de conmemoración de los 22 años del Caracazo, el presidente Hugo Chávez destacó que aquel pueblo mártir dio su vida para cambiar de una vez por todas las injusticias sufridas a causa de los gobiernos de la IV República.
Chávez aseguró que el 27 de febrero fue un disparador, un catalizador, porque la rebelión del pueblo inspiró aún más a los militares patriotas a salir el 4 de febrero del 1992.
El movimiento militar que nació en los cuarteles a finales de los años 70 y la década de los 80 ya venía trabajando con calma, paciencia y con mucha estrategia la insurgencia para acabar con aquel modelo capitalista excluyente que tenía al pueblo sumido en la represión, en la miseria y en la pobreza, añadió.
Según comentó, la rebelión popular y la tragedia de aquel día nada ni nadie la hubiese podido detener, porque el pueblo clamaba justicia y se moría de hambre, mientras los ricos se hacían más ricos.
Los supuestos demócratas que hoy me acusan de ser un tirano y que dicen que son la esperanza venezolana participaron en la masacre del pueblo en 1989, subrayó.
Insistió que ahora más que nunca es necesario hablar del pasado, hay que conocerlo, analizarlo e interpretarlo, con distintas herramientas de estudios. PL
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