Kvernicula.- En este asunto de los médicos graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba hay mucho de egoísmo, politiquería, “pilas” ideológicas y conflictos de interés. La calidad de un médico no se juzga por el número de Unidades Valorativas, la mayor o menor cantidad de materias cursadas o los años pasados en las aulas. Deben ser otros los criterios, desde luego, también tomando en cuenta los señalados, como la calidad, la entrega y el humanismo de los graduados.
En Honduras pasó algo similar. Los médicos se fueron a una huelga en protesta porque los doctores cubanos “estaban quitándoles las plazas a los galenos hondureños”. Exigían, además, un aumento salarial y la dotación de medicinas a los hospitales. El presidente de entonces, Manuel Zelaya Rosales, se reunió con la directiva del Colegio Médico y representantes de los médicos en paro. Por petición misma de los galenos no se permitió la presencia de la prensa en la reunión.
El mandatario escuchó los argumentos y las peticiones de los médicos. Una vez concluida su exposición, pasó a su posición. “Ustedes, les dijo, aseguran que les estamos quitando el derecho al trabajo, algo que no es cierto y me remito a las pruebas: todos los que han presentado solicitudes para desempeñarse en el sistema de salud y en seguridad social, prácticamente ha sido aceptados, desde luego reunidos todos los requisitos exigidos por la ley. Ahora bien, si no están de acuerdo con el desempeño de los médicos cubanos, si tienen dudas sobre su capacidad o no les parece la forma en que atienden a los pacientes, pueden decirlo; pero hasta ahora no he escuchado queja alguna sobre estos aspectos.
“Nosotros hemos firmado un convenio, aceptado por la Asamblea Legislativa y reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), mediante el cual la misión de médicos cubanos atenderá casos de emergencia, nos ayudará en graves crisis y posibles epidemias como el dengue, la malaria, el cólera y otras enfermedades endémicas. Ellos actualmente cumplen con sus distintas tareas en los lugares más apartados del país como la Mosquitia, Yarula, islas del Golfo, toda la zona costera, en caseríos y cantones de todos los rincones de Honduras. Tienen un salario de mil dólares mensuales, de los cuales únicamente reciben el 50% y el otro 50% se envía al gobierno de Cuba. La OPS contribuye con la mitad del presupuesto asignado a estos médicos. Si ustedes están en disposición de aceptar dicho salario y trasladarse a todos los lugares donde ellos desempeñan su labor, en este mismo momento damos por terminado con el convenio y firmamos uno nuevo con el Colegio Médico de Honduras….”
Los representantes del Colegio Médico de Honduras nada más escucharon al mandatario y le dijeron que en su momento le harían llegar sus observaciones pues tenían que presentar un informe a la Asamblea General. La segunda petición se refería a un aumento salarial y el presidente Zelaya Rosales les argumentó que de acuerdo con el convenio firmado con las autoridades del Ministerio de Salud, el mismo procedía cada tres años y que el tiempo todavía no se cumplía; pero en el ánimo de terminar con el paro estaba dispuesto a adelantar el periodo y proceder con el aumento establecido; en cuanto al abastecimiento de medicinas, les argumentó que tenían serios problemas con el presupuesto y con las mismos laboratorios nacionales y extranjeros que no cumplían con los plazos de entrega establecidos; pero que precisamente en esa misma semana (cuando se reunían con el mandatario) se entregaría un 80% de los medicamentos solicitados por los hospitales, clínicas y unidades de salud de todo el país.
Los médicos se retiraron de Casa Presidencial con “la cola entre las patas” y hasta el último día que el mandatario estuvo en su cargo, pues fue depuesto por un golpe de Estado, nunca le enviaron una respuesta o una posición sobre los acuerdos a que habían llegado. Es más, el presidente del Colegio Médico de Honduras, distorsionó totalmente las conversaciones sostenidas con el señor Zelaya y los medios de difusión nada más se hicieron eco de tales declaraciones sin dar a conocer la realidad de los acuerdos tomados. El gobierno de Cuba luego del golpe militar no tomó ninguna revancha y ha mantenido su misión médica trabajando en los lugares más inhóspitos de Honduras.
En El Salvador no se trata de médicos cubanos trabajando en el sistema de salud (sin embargo, el presidente del Colegio Médico, dirigentes y diputados de Arena, así como representantes de las cúpulas gremiales alegaron en su momento que “médicos cubanos estaban desplazando de sus plazas a doctores salvadoreños”), sino que jóvenes salvadoreños graduados de la ELAM, han ganado su derecho a trabajar luego de homologar sus estudios, cursar su año social y cumplir con las exigencias del Ministerio de Salud y la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador. Es más en el sorteo de plazas realizado por el Ministerio de Salud, la mayor cantidad de puestos fueron para universidades privadas y los que menor cupo obtuvieron fueron los médicos graduados en Cuba. De todos es sabida las deficiencias académicas de los médicos egresados de estas universidades.
Además son salvadoreños y de acuerdo con el Art. 2 de la Constitución de la República “Toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, AL TRABAJO, a la propiedad y posesión, y a ser protegida en la conservación y defensa de los mismos. Asimismo, el Art. 3 establecer que “Todas las personas son iguales ante. la ley Para el goce de los derechos civiles no podrán establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión.”
¿De qué se trata entonces? Lo reiteramos es simplemente PILA IDEOLOGICA en la que lamentablemente han sido arrastrados reconocidos médicos salvadoreños que hasta hace algunos años mantuvieron un posición sólida e intransigente cuando al menos dos infames gobiernos de Arena intentaron privatizar la salud. Si los médicos SALVADOREÑOS graduados generosamente por Cuba, debido a que por razones económicas no pudieron cursar estudios de medicina en su propio país, no cumplen con su cometido, si no muestran calidad, entrega y humanismo en sus distintas tareas, será el tiempo, la propia práctica y los mismos pacientes y colegas salvadoreños los que emitirán el fallo final; pero es vergonzoso, infame, temerario empezar a juzgarlos cuando ni siquiera han pisado una sala o han caminado por un pasillo de un hospital nacional.
Al menos los representantes del Colegio Médico han rectificado y han aceptado las explicaciones dadas por las autoridades de Salud Pública, que también han sido cuestionados por el fanatismo y los berrinches de ciertos galenos. Hasta el día de hoy, los titulares de Salud Pública han cumplido con su mandato y han hecho mucho si comparamos su calidad y entrega, con los 20 años de mafias, corrupción, privilegios y conflictos de interés que privaron con los gobiernos de Arena. (Tomado de http://migenteinforma.org)
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