El total de los gastos de espionaje supera por 5.000 millones de dólares él del año pasado (75.000 millones), revelado entonces por el anterior director de inteligencia, Dennis Blair.
Mientras la crisis económica empuja contra la pared al ciudadano medio, el gobierno norteamericano sigue sumergiendo sumas de dinero gigantescas en su aparato de espionaje e injerencia. En el 2010, Washington ha gastado más de 80.100 millones de dólares en esta telaraña infernal que se extiende a lo largo y ancho del planeta para proteger sus intereses imperiales.
La información fue revelada este jueves 28 de octubre, por la oficina del Director de Inteligencia Nacional (DNI) al señalar que la cantidad se divide en 53.100 millones de dólares para la inteligencia no militar, mayormente a cargo de la CIA, y 27 para las operaciones de espionaje del Pentagono.
Aunque astronómicos, los gastos del espionaje militar no representan más que el 12 por ciento de los 664.000 millones de dólares que la administración de Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, ha dedicado al Departamento de Defensa en el último año fiscal.
Los más de 200 mil empleados de la llamada comunidad de inteligencia se reparten entre el Programa Nacional de Inteligencia (NIP, por sus siglas en inglés) y el Programa de Inteligencia Militar (MIP, por sus siglas en inglés).
Dirigido desde junio por el General James Clapper, el DNI supervisa las actividades de las 16 agencias que se dedican al espionaje, al análisis de inteligencia y a las operaciones clandestinas que incluyen toda una serie de actividades sucias.
El total de los gastos de espionaje supera por 5 000 millones de dólares él del año pasado (75 000 millones), revelado entonces por el anterior director de inteligencia, Dennis Blair.
Sin embargo, mientras se debe publicar -por ley- el total de los gastos de inteligencia, el presupuesto de cada agencia por separado queda secreto.
Según la prensa norteamericana, por lo menos un miembro del Senado ha expresado su inconformidad ante un tal uso del dinero del contribuyente, sofocado por la peor crisis atravesada por el país desde 80 años.
La Senadora Dianne Feinstein, demócrata de California quién encabeza el Comité de Inteligencia de la Cámara Alta, ha denunciado el despilfarro que se detecta en la administración de estos presupuestos, en particular con la duplicación de actividades. “Resulta claro que el gasto total en espionaje ha alcanzado un nivel inaceptable durante la última década”, dijo.
El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el tejano Silvestre Reyes, por su parte ha reclamado medidas de control más severas, al denunciar “el derroche, ell fraude y el uso irresponsable” del dinero del ciudadano.
Sin embargo, en una entrevista con el Washington Post, el Secretario a la Defensa, Robert Gates se negó a admitir que el tamaño de la burocracia de la inteligencia y sus contratistas han alcanzado una proporción injustificada.
En julio, el diario informó que el delirante aparato de seguridad nacional contrata a 1.271 organizaciones gubernamentales y 1.931 empresas, que emplean unas 854.000 personas. Solo en Washington desde septiembre de 2001 se han construido 33 edificios para el uso exclusivo de la maquinaria de seguridad y espionaje.
Los gastos de inteligencia se han multiplicado de manera desenfrenada desde el 11 de septiembre del 2001 y alcanzan hoy el doble de lo que eran antes de esta fecha.
El general retirado de la Fuerza Aérea James Clapper, de 69 años, es el cuarto director nacional de inteligencia en los últimos cinco años.
http://www.librered.net/?p=1151
No hay comentarios.:
Publicar un comentario