El pasado martes, 21 de septiembre, me reuní a las 9 a.m. con más de 600 pasajeros del Crucero por la Paz (Peace Boat), casi todos de nacionalidad japonesa, entre ellos una sobreviviente del asesinato masivo en la ciudad de Hiroshima, que tenía dos años cuando ocurrió el hecho.
La televisión nacional de Cuba transmitió el encuentro, pero la traducción en la sala del Palacio de las Convenciones no era simultánea y las voces de las compañeras que realizaron esa difícil tarea se superponían a mis palabras. Decidí, por ello, escribir una Reflexión sobre el tema.
Aproveché la oportunidad para reducir la extensión de lo que expresé, y ordenar mejor las ideas trasmitidas con absoluta fidelidad al contenido de las mismas.
Las palabras de las demás personas que participaron, las trasladé íntegramente.
A pesar de mis esfuerzos, la Reflexión resultó extensa, ya que el encuentro duró dos horas y media, por lo que decidí dividirla en tres partes, que serán publicadas en días sucesivos.
El encuentro comenzó con las palabras de Kenia Serrano, Presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos:
Buenos días.
El pasado 3 de septiembre el señor director de la Organización no Gubernamental Cruceros por la Paz, el señor Yoshioka Tatsuya, envió a nuestro Comandante en Jefe una carta solicitándole que recibiese a los directivos del crucero y a la sobreviviente de Hiroshima y Nagasaki que viene en él; el Comandante aceptó, y también, con placer, invitó a otra amplia representación de los pasajeros a este encuentro.
Estamos asistiendo a ese encuentro hoy, 21 de septiembre, declarado por las Naciones Unidas Día Mundial de la Paz, por supuesto que con la presencia, para nosotros memorable, de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (Aplausos).
Se encuentran en la presidencia de nuestro encuentro el señor Nao Inoue, director de esta travesía del Crucero por la Paz (Aplausos); la señora Matsumi Matsumura, también del staff de Cruceros por la Paz, quien nos ayudará a traducir al español este encuentro (Aplausos); la señora Junko Watanabe, miembro del Movimiento Hibakusha, sobreviviente de Hiroshima y Nagasaki, y la profesora Susana García, de la Universidad de La Habana, quien también facilita este diálogo al japonés, como ustedes pueden ver (Aplausos).
Comandante…
Cmdte.- ¿Qué me toca a mí, un discurso?
Kenia Serrano.- Saludar, porque todos estamos deseando eso.
Cmdte.- No, yo vine a responder, es la verdad. Le pregunté qué me correspondía hacer y no me dijeron nada.
Realmente quiero, en primer lugar, darles las gracias por el honor que significa este encuentro.
Yo estaba un poco ausente, como ustedes conocen, leía periódicos; pero me he perdido de muchos de los encuentros de ustedes, por que después supe toda la historia en detalle. Ya he aprendido bastante de ustedes: las veces que estuvieron en Cuba, comenzaron en 1990, volvieron en 1995, 1997 y 1998; en 2000, 2001 y 2002, dos veces; después 2005, 2007 y 2009, y hoy, que tengo entendido suman 14 viajes.
Bueno, la historia es que cuando recibo la invitación, me alegró poder intercambiar con ustedes por la importancia del momento en que estamos viviendo, que no es un momento cualquiera; además, por un sentimiento de gratitud, ya que conozco la solidaridad de ustedes a lo largo de todos estos años, las dificultades, las luchas contra los bloqueos, la identidad y nacionalidad del mismo barco, los puertos donde podían ir o no podían ir, si les suministraban o no combustible y otras idioteces parecidas de nuestro principal adversario con cuyos métodos no se podrá lograr jamás un mundo de entendimiento y de paz en nuestro planeta.
Recordando la consigna de ustedes, que tiene, a mi juicio, un especialísimo valor: “Aprende de las guerras pasadas para construir un futuro de paz”, sin duda que esta es una frase que tendría significado siempre, pero en este momento lo tiene más que nunca; me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, que nunca en la historia de la humanidad hubo un momento tan peligroso como este. Así que no se trata de un sencillo viaje, se trata de una lucha real, seria, y esto que digo se puede demostrar, espero que en los intercambios nos ilustremos acerca de lo que se piensa o qué fórmulas podían ser posibles; soluciones realistas y no simple expresión de nobles deseos.
El encuentro para mí tiene una importancia muy grande, precisamente, por la experiencia que ustedes han acumulado sobre el tema.
En estos días se cumplió un aniversario más de aquel brutal e insólito hecho en que por primera vez se emplearon las armas nucleares sobre ciudades pacíficas.
Realmente se ha recordado mucho en todo el mundo lo que ocurrió en Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Yo había finalizado el bachillerato, lo recuerdo, era el verano, estaba de visita en Santiago de Cuba cuando llegó la noticia, y nadie tenía ni la menor idea de la existencia de un arma de esa naturaleza, creo que tres días después, lanzaron la segunda bomba atómica.
Sobre eso puedo hablar más después, qué sentimiento experimenté y qué concepto tuve toda mi vida de aquel hecho; pero es un ejemplo de las cosas que ayudan a ganar conciencia, porque la exhibición de todo lo que ocurrió allí y el daño humano que ocasionó, a pesar del tiempo transcurrido, volvía a conmover a la opinión pública internacional. No creo que haya ocurrido algo más expresivo de lo que es la guerra.
Bien, creo que les he robado bastante tiempo para estas primeras palabras, quisiéramos escucharlos a ustedes. Yo estoy en disposición de responder cualquier pregunta que deseen hacerme, en cualquier sentido. No tengo secretos de ninguna clase, cualquier tema puede ser abordado.
Me gustaría preguntarle a nuestra traductora cómo le ha ido. A ti, a ti (Risas y aplausos).
Intérprete.- Bien, parece que bien, Comandante.
Cmdte.- Muy bien.
Kenia Serrano.- Gracias, Comandante.
El señor Nao Inoue, por favor.
Nao Inoue.- ¡Buenos días! (exclamaciones de: “¡Buenos días!”)
Ante todo, me gustaría mostrar nuestro profundo agradecimiento por el hecho de que usted nos recibiera en esta ocasión.
Mi nombre es Nao Inoue, director del crucero Edición 70. Yo quiero decirles unas palabras en nombre de todos los miembros de Peace Boat.
Parece que ya aprendimos que usted ha aprendido mucho sobre nuestra organización. Fundamos esta organización en 1983, llevamos más de 27 años. Hasta ahora hemos realizado 70 cruceros mundiales llevando más de 40 000 japoneses.
Como usted sabe, ya hemos cumplido 14 viajes hacia Cuba y también este año es muy importante para nosotros, porque es el 20 aniversario, por eso tiene mucha importancia conocerlo a usted directamente, Comandante.
Durante estos 20 años, nosotros hemos puesto todo nuestro esfuerzo en ser puente entre el pueblo cubano y el pueblo japonés, y también hemos estado siempre en contra del injusto bloqueo, pero de verdad injusto.
Nosotros consideramos que es muy relevante seguir haciendo el puente, no solamente entre el pueblo cubano y el japonés, los dos, sino incluyendo también los países latinoamericanos y los países asiáticos. La razón por la que queremos trabajar en esto fuerte es promover un mundo de paz, sostenible, encabezado por Cuba, y estamos empezando a profundizar los lazos de amistad y fraternidad con Venezuela, Ecuador y Nicaragua. De esos países, el país que nosotros hemos visitado en más ocasiones es Cuba. También vamos a tener la oportunidad de conocer al presidente de Nicaragua, el señor Daniel Ortega.
Con motivo de profundizar los lazos de amistad y fraternidad entre los países del ALBA y Japón, estamos empezando el proyecto que se llama Crucero Juvenil de ALBA, en el que invitamos a los jóvenes de los países ALBA a bordo, realizamos intercambios, foros y conferencias de estudio, y también nos gustaría pedirle a usted, Comandante, que nos apoye en este proyecto.
Y como usted mencionó que nosotros somos el único país que recibimos la bomba atómica, entonces pensamos que tenemos la obligación y también la misión de trasmitir mensajes para un mundo libre de armas nucleares. Para erradicar las armas nucleares también nos gustaría colaborar con ustedes.
También queríamos aquí mencionar que el Japón, el país que tenemos Constitución pacifista, que renuncia a ninguna guerra y también armas nucleares de destrucción masiva (SIC).
También nosotros aprendemos en los países latinoamericanos que ustedes tienen Constitución pacifista también y también prohíben la existencia de bases militares extranjeras. Y pensamos proponer ante la ONU, en la instrucción de la ONU, que promueva que todos los países del mundo vayan a tener esta hermosa Constitución pacifista.
No queremos la guerra jamás, no podemos permitir el uso del arma nuclear jamás. Como siempre dicen los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki: “No queremos repetir este tipo de tragedia brutal.” Queremos establecer un mundo y la sociedad en que la gente quiere vivir también, no quiere vivir con la pobreza y estas cosas. Por eso nosotros consideramos que es muy necesario que todos los países tengan este tipo de Constitución. Nosotros nos prometimos que vamos a crear el mundo sin pobreza, sin hambre, con mucha felicidad y sostenible.
Por último, Comandante, soy gran fan de usted (Risas y aplausos). Parece que todos somos fan de usted.
Nosotros sabemos que usted está muy ocupado, pero queremos invitarlo a usted a bordo para navegar hasta Nicaragua. ¿Qué le parece? (Aplausos.) ¿Qué piensa? (Aplausos.)
Cmdte.- ¡Maravilloso! (Aplausos.)
Nao Inoue.- Voy a concluir mis palabras con la invitación. Muchísimas gracias (Aplausos).
Cmdte.- No será en época de ciclones, ¿verdad? (Risas.)
Me contaron que ustedes llegaban ayer, pero había unos ciclones por el Atlántico. Por fin, ¿a qué hora llegaron?
Nao Inoue.- Llegamos a las 5:00 de la mañana.
Cmdte.- ¿Y se puede saber la velocidad de Peace Boat? (Risas.)
Nao Inoue.- Más o menos como una bicicleta rápida (Risas).
Cmdte.- Bueno, depende, la campeona creo que alcanza más de 60 kilómetros por hora (Risas).
Pienso que en estos tiempos el Peace Boat debe marchar más rápido, es más urgente recorrer el mundo (Aplausos).
Yo debía pedirles, además, una excusa. Tuve noticias ayer mismo, por la mañana, y entonces me quedé pensando cómo podía reunirme, pues me contaron que habían solicitado hacerlo con algunos, y dije: “Bueno, si es posible trataré de saludarlos a todos”, no sabía, sin embargo, a qué hora llegarían; tenían, además, un programa organizado para todo el día. Bueno, ¿qué hacer para no entorpecer a los demás ni a otro programa? Y por eso inventamos esta reunión tan temprano. Todos hemos tenido que levantarnos temprano. Me imagino que ustedes estarían…, no sé dónde estarían, si estarían en la borda del barco viendo la entrada de La Habana o estarían durmiendo. Les ruego me excusen, porque soy el culpable de que ustedes hayan tenido que incrementar el programa (Aplausos). Entonces organizamos, o más bien improvisamos, la reunión para esta hora, a fin de que ustedes pudieran cumplir con las demás actividades y no echar a perder mis relaciones con las demás instituciones que los van a atender.
Creo que nos dieron hora y media. Yo respondí: al fin y al cabo ellos iban a venir hoy y van a llegar mañana, luego, hay flexibilidad. Creo que a las 5:00 de la tarde de hoy iba a salir el barco.
Kenia Serrano.- Empezar a abordar a las 5:00 y salir a las 7:00.
Cmdte.- ¿Iba a salir a las 7:00?
Kenia Serrano.- Ajá.
Cmdte.- Sí, terminaban las actividades a las 5:00.
Bueno, si un ciclón obligó a retrasar el barco, si salen a las 9:00, o si salen a las 10:00, pues están un rato más en La Habana, no es una tragedia. Afortunadamente, la visita ha sido sin guerra. Fue durante la paz.
Yo les pedí excusas por eso.
¿Tú tienes idea de cómo se va a desenvolver?
Kenia Serrano.- Comandante, ha sido emocionante, siempre que el crucero viene -el año pasado y ahora- ha traído sobrevivientes de Hiroshima, y tenemos a la señora Junko Watanabe. Propongo escuchar su testimonio.
Junko Watanabe.- Ante todo, Comandante Fidel Castro, es un gran honor y también placer conocerlo, y me gustaría mostrarle mi profundo agradecimiento por recibirnos con tanto cariño.
También me gustaría mostrar mi agradecimiento por el gran interés y conocimiento que el pueblo cubano tiene sobre Hiroshima y Nagasaki. Además, ayer el Movimiento por la paz en Cuba realizó un encuentro de testimonio para mí, y también un acto por el Día internacional por la paz, y realizamos un encuentro muy bonito en la Casa de la Amistad.
Yo nací en Hiroshima y después me casé con un japonés y me mudé a Brasil para vivir. Fui a Brasil a la edad de 25 y después volví a Japón a la edad de 38, pero en aquel momento, por primera vez, yo reconocí que fui sobreviviente de Hiroshima y Nagasaki.
Yo nací en el centro de Hiroshima, pero cuando estábamos en la Segunda Guerra Mundial nuestra familia nos habíamos evacuado fuera de Hiroshima, y como yo solamente tenía dos añitos, entonces no tengo memoria; pero cuando recibí la noticia de que yo era sobreviviente, por parte de mis padres, sufrí un impacto muy fuerte.
El día 6 de agosto de 1945, a las 8:15 mi mamá estaba en casa con mi hermano menor. Mi hermano mayor y yo estábamos jugando en un patio de un templo que estaba cerca de mi casa. Entonces mi mamá sintió el viento fuerte, espantoso, y también vio los papeles quemados que estaban cayendo en el frente de su casa. Mi mamá se sorprendió y luego vino a buscarnos al templo, fue en aquel momento que recibimos la lluvia negra. La lluvia estaba negra y pegajosa.
Antes de la bomba, ese día 6 de agosto, hacía buen tiempo por la mañana y dicen que esa bomba atómica explotó 580 metros encima de la tierra.
Cmdte.- ¿Cuántos metros?
Junko Watanabe.- Quinientos ochenta metros encima de la tierra.
Cmdte.- Fue nuclear.
Junko Watanabe.- Bomba nuclear.
Cmdte.- Esa energía es de uranio, no fue plutonio. La de plutonio fue en la otra ciudad.
Junko Watanabe.- Sí, en Nagasaki.
Entonces, como explota más arriba, afecta mucho con los rayos calientes y con el viento caliente hasta que la gente se quema. Y después de la bomba subió todos los polvos y papeles para arriba, y luego cayó la lluvia negra con la radiación.
Después de recibir la lluvia negra la condición de mi cuerpo estaba de la forma siguiente.
Cmdte.- ¿Cómo es, repite?
Junko Watanabe.- Mi cuerpo fue dañado, yo le voy a explicar ahora cómo estaba.
Todos los días sufría por las diarreas. Podía comer, pero después ningún nutriente quedaba en mi cuerpo, salía todo lo que comía. Mis padres pensaban que su hija iba a morir.
En verdad yo tenía dos añitos y no tengo ninguna memoria de escenas desastrosas.
Cuando yo cumplí 60 años empecé a participar en una asociación en Brasil. Ahora viven en Brasil 132 sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki.
Cmdte.- ¿En dónde, en Brasil?
Junko Watanabe.- En Brasil.
Cmdte.- ¿Eran niños cuando fueron?
Junko Watanabe.- De diferentes edades.
Cmdte.- ¿Los padres fueron con ellos, o no?
Junko Watanabe.- La mayoría se casaron y fueron sin sus padres ya adultos.
Ahora el promedio de edad de los sobrevivientes es de 75 años, ya están envejeciendo. Por eso el Presidente de la Asociación en Brasil le pidió a ella que ayude a la asociación, porque ella es una sobreviviente joven.
Aunque soy sobreviviente, como no tenía mucha memoria, antes de participar en esta asociación no conocía nada de la bomba atómica.
Luego tuve la oportunidad de leer todos los documentos que hicieron 200 sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki que vivían en Brasil y en los que estaba escrita la realidad de lo que ocurrió en Hiroshima y Nagasaki. Ese fue el primer momento en que yo conocí sobre la realidad de la bomba atómica en Hiroshima. Ellos describieron la escena muy brutal.
Por la tristeza y el rencor me sentí muy triste, y sentía que estaba temblando.
También encontré un documental de imágenes, filmado por un periodista japonés. Sin embargo, después de la bomba atómica los académicos estadounidenses se robaron esta información y lo llevaron a su país y nunca nos iban a mostrar este video que encontré en la oficina.
Ha sido un poco difícil verlo porque es una cinta muy antigua. Entonces pedí a un amigo que lo convierta a DVD.
Nosotros vimos con 10 amigos sobrevivientes el filme.
Las escenas que salieron en este documental fueron demasiado brutales y yo lo vi con mucha tristeza, y la ciudad de Hiroshima estaba desapareciendo.
Yo lo vi en el documental, nosotros lo vimos, y los edificios quemados totalmente, la ciudad estaba totalmente negra. También aparecía la gente que andaba, pero sin conciencia, desde sus brazos les colgaba la piel, porque estaba deteriorada, los ojos se les salían de su lugar. La gente estaba andando, pero sin conciencia.
Cuando lo vi en el documental, aunque no recordaba esta escena, reconocí que yo estaba allá en ese momento y también reconocí que eso lo hicieron los humanos, entonces sentí un fuerte rencor y tristeza.
Así yo empecé a pensar: Tenemos que trasmitir esos testimonios para las otras generaciones, y hace dos años, en el 2008, participé en el Proyecto de Hibakusha que realizó la Organización Peace Boat, al que invitaron a 100 sobrevivientes a bordo, y viajamos dando testimonio en cada puerto, y también conocí a otros Hibakusha en el mundo.
En Viet Nam nosotros conocimos a las víctimas del agente Naranja, generadas en la guerra de Viet Nam, y lo que ellos y sus padres sufrieron. El efecto que ellos tuvieron se trasmite por las generaciones.
Mi hermano mayor con quien jugaba en el templo murió hace dos años a la edad de 67 años.
Después de recibir la lluvia negra, como yo la recibí también, él siempre tenía deficiencia en sus huesos y vivía muy débilmente. Él murió a la edad de 67 por el cáncer de hígado.
Viendo que los sobrevivientes están muriendo, estoy viviendo con mucha preocupación por mi salud.
También me gustaría presentar una historia de origami, que son grullas que se hacen de papel y es un símbolo de paz para nosotros, también ahora mundialmente, y siempre acompaña la historia de una niña que se llama Sadako Sasaki que murió por la leucemia a la edad de 12 años.
Este año, cuando participé en la Conferencia de no proliferación de armas nucleares, en Nueva York, en mayo, tuve oportunidad de conocer al hermano de Sadako Sasaki.
Déjenme explicar un poquito la historia de Sadako Sasaki. Ella recibió la lluvia negra, igual que yo, y creció sanamente hasta la edad de 10 años, después, como se encontraba mal, se hospitalizó y se quedó en el hospital.
Ella tenía la creencia de que si hacía 1 000 grullas de papel iba a mejorar, y, según el cuento de su hermano, ella seguía doblando grullas hasta que… Bueno, en esa época no teníamos ningún papel, entonces usó papeles con los que se empacaban medicinas y también doblaba las grullas con agujas. Ella siempre decía, hasta que iba a morir: “Quiero vivir más, quiero vivir más.”
Estamos en la misma situación que Sadako Sasaki, que recibimos la lluvia negra a la edad de dos añitos, y ella murió y yo estoy sobreviviendo. Por eso siento gran responsabilidad de trasmitir qué es la bomba atómica, qué son los sobrevivientes. Los sobrevivientes tienen que vivir con muchos problemas físicos y también mentalmente con muchas preocupaciones hasta que mueran, y eso tenemos que trasmitirlo a las otras generaciones.
Ahora, nosotros mundialmente aprendimos que en el mundo hay varios tipos de Hibakusha, en varios lugares, por ejemplo, la gente indígena cuando saca uranio en las minas se afecta mucho por la radiación, también la gente que vive cerca de las plantas nucleares, y esas cosas tenemos que aprenderlas, también educar a la gente.
Cuando participé en el Proyecto Hibakusha, hace dos años, había un chico japonés, el director de la película documental, quien cubrió mi estadía a bordo, también después entrevistó a mi padre, que tiene 98 años. Lo que habló mi padre fue lo que yo no sabía hasta entonces. Mi papá decía así. El director le preguntó a mi papá: “¿Por qué tú no le dijiste la realidad a Junko?”
Desde la bomba hasta ahora, las chicas que recibieron la influencia de la bomba atómica, aunque son sobrevivientes, han sido discriminadas y tuvieron mucha dificultad para casarse. Entonces, reconocimos que yo, sobreviviente, afortunadamente no he tenido ningún problema físico, pero hay muchos médicos que dicen que la influencia de la radiación también aparece en otra generación.
Prosigue mañana. [Septiembre 24 de 2010, 3 y 38 p.m.]
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