Hilda Molina, aquejada de dolencia “castrofóbica”.

Norelys Morales Aguilera- "Sé que Fidel Castro no me va a dejar descansar" ha asegurado a la AFP la médica nacida en Cuba Hilda Molina, sin duda sobrellevando una “castrofobia”, luego que dos personas la increparan cuando presentaba un libro con sus memorias.

"Yo sé que hasta mi último aliento voy a tener detrás de mí a Fidel Castro...No me va a dejar descansar", dijo Molina, en la presentación en Montevideo el pasado 18 de agosto , cuatro meses después que militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba le impidieran presentar ese texto en Buenos Aires.

Bajo la consigna "Con Cuba siempre", una docena de militantes de la Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay (CONOSUR) se reunió el miércoles con pancartas y banderas cubanas frente al teatro donde se desarrolló la presentación, en repudio a la visita de Molina.

El despacho de AFP como otros no dan voz a los manifestantes: los ubican como "acosadores".

Eduardo Rubio señaló durante su intervención en el espacio radial que conduce de lunes a viernes en CX 36 dijo “Esta doctora tenía expectativas de que cayera el socialismo y pensaba quedarse con la clínica. Esto le fracasó como también le fracasó su intento de ser una próspera empresaria como pasó en algunos países del Este europeo donde los principales referentes de cada lugar se han convertido en los principales capitalistas de cada lugar.

Esta señora llega a Uruguay invitada por los aliados de la mafia de Miami, por los que son bancados por la embajada de Estados Unidos…”

Durante la presentación, un hombre interrumpió brevemente la charla acusando de "traidora" a la disidente, mientras que otra mujer le increpó: "¿por qué no dijo nada?".

"Yo le dije a todos los que me dijeron que en Uruguay no sucedía esto, que conmigo iba a suceder. Detrás de esto está Fidel Castro, que no soporta que yo haya escrito el libro y que el libro esté diciendo lo que dice", agregó Molina, radicada en Argentina desde junio de 2009.

Sobre las misiones solidarias cubanas disparó los mismos argumentos que propalan terroristas y anexionistas: "No creo que esas misiones deban servir para apoyar financieramente a una dictadura", cuestionó, opinando que "los excelentes médicos cubanos dejan su vida en esas misiones y le dan rédito político al gobierno".

También, el hijo de Hilda Molina en la Argentina
ha tenido que escuchar a los argentinos: “¡ No voy a permitir que una persona que ni siquiera es argentino ofenda la memoria de los periodistas asesinados José Luis Cabezas y Mario Bonino!"

Los años pasan y día a día las tragedias argentinas vuelven a desmentir a Quiñones y a su madre Hilda Molina.

3 comentarios:

Carmela dijo...

La dolencia "castrofóbica" se la buscó ella.
En Buenos Aires , enla Feria del libro, intentó iniciar una disertación ensuciando el regimen de Cuba .Espontáneamente el grupo de gente que allí estaba se enfureció y la agredió merecidamente.
Mentiras e infamias :¡No!
No tuvo más remedio que marcharse .. sin poder hablar.
Un prueba contundente de que Fidel no está solo.
Está más acompañado que nunca.

graciela weber quinteros dijo...

Esta señora le dà un poder fabuloso a Fidel, capáz de manejar la mente de todo el mundo. No señora aquí en Montevideo la mayoría de la población apoya la revolución, y la reacción contra los traidores no es manejada es espontánea.

Jorge dijo...

Hilda Molina, está escondida en algún Hotel de nuestra capital, todo incluido (programación con otros medios, reuniones, fastuosas cenas y otras acciones que luego les permitirá “pasarles las boletas” a Miami) con el objetivo de hacer aquí, lo que no le permitieron hacer en Buenos Aires: presentar un libro difamador que es un sarta de mentiras sobre Cuba, de lo cual ya lleva algún tiempo viviendo.....

Hilda Molina, una mujer que vive de su prédica contra Cuba, es patrocinada por varias organizaciones vinculadas al gobierno norteamericano y a la gusanera cubana con sede en Miami, entre ellas está “Cadal” (con sede
en Buenos Aires y también con representación en Montevideo, ahora en la Torre de los Profesionales (Yaguarón y Colonia) y el Partido Nacional, por supuesto la gente de Lacalle.

CADAL surge en febrero del 2003 con fondos que fueron destinados desde la “Atlas Economic Research Foundation”, que posee su sede en Washington, el Instituto “Timbro” de Suecia y la filial en Argentina de la “Konrad Adenauer Stiftung”. CADAL desde su creación ha dirigido su accionar a tergiversar y difamar la realidad de Cuba, Venezuela y de los demás países integrantes del ALBA, realiza presentaciones de libros, conferencias de prensa, seminarios, eventos, cursos, presentaciones de informes, entre otras actividades, todas ellas con el propósito de presentar y justificar, ante la opinión publica internacional, que países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba son antidemocráticos, violadores de los derechos humanos y dictatoriales.

CADAL no es una ONG independiente, pues es financiada por los Estados Unidos a través de la Fupad, La NED, la USAID, entre otras.






La Conrad Adenahuer, ha patrocinado también acá en Uruguay seminarios y actividades de gobierno, también durante la administración Vázquez.

Hilda Molina, fue destituida en Cuba por actos de corrupción. En concreto, por haber aceptado más de 10.000 dólares de manos del ex diputado argentino radical César “Chacho” Jaroslavksy, operado en Cubay rehabilitado en el CIREN en agradecimiento a la institución... Molina nunca dijo una palabra al respecto.

Pero el 14 de Junio cuando, recién llegada a Buenos Aires, tuvo un instante de sinceridad, confirmó que la información era cierta y dijo que ese dinero donado a la institución era suyo. En diálogo con Clarín sostuvo que “fueron 10.000 dólares” y que se trató de un gesto del ex diputado porque la quería mucho y “porque (ella) lo mejoró bastante”. Pero se le olvidó un dato: no fueron 10.000 dólares, sino 30.000. Fuentes cercanas al difunto Jaroslavsky aseguran que el ex diputado entregó el triple de lo que dijo la médica. Por aquellos años la mujer era la jefa del CIREN y a partir del curioso incidente, todo cambió. Poco tiempo después, Molina le pidió a su hijo, el médico Roberto Quiñones, que no regresara a Cuba. El pedido ocurrió mientras cursaba sus estudios de especialización en Japón, enviado por el Estado cubano. El médico se fugó hacia Argentina y se llevó consigo una importante suma de fondos públicos destinados a comprar instrumentos que estaban destinados para los programas de salud en beneficio del pueblo cubano.

Se radicó en Buenos Aires y al poco tiempo instaló el CMIRI, una clínica de rehabilitación pagada con los fondos robados a Cuba por ambos. Gracias a ese dinero, madre e hijo se dedican a realizar intervenciones quirúrgicas en la clínica ubicada en Hipólito Irigoyen 4177.

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