En un comentario dirigido a la dirección del diario Granma sobre un reportaje a cerca de la rehabilitación del acueducto en Santiago de Cuba, Raúl Castro criticó la actitud de dirigentes nacionales y provinciales, a quienes faltó el valor moral para reconocer sus deficiencias.
La coletilla
Al conocer este artículo, el compañero Raúl indicó a la dirección del periódico Granma publicar un comentario suyo textualmente como Coletilla, (sección de ese medio), para discrepar de algunos enfoques, y orientó omitir los nombres de los dirigentes del nivel nacional y provincial entrevistados, salvo los del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés e Inés Chapman, pues la mayoría señalaron los errores que existían, pero no fueron autocríticos, siendo ellos los responsables de esas deficiencias en la ejecución de la obra del acueducto de Santiago de Cuba.
Como ya se ha dicho, los principales dirigentes nacionales y de la provincia estaban presentes en la reunión conjunta de la Comisión del Buró Político del Partido y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros donde se les hicieron duros señalamientos, y aun cuando ahora son justos los análisis que realizan y pudiera hacerse algún elogio por haber trabajado desde entonces por superar aquellas deficiencias, les faltó el valor moral para reconocerlo.
Reitero las críticas al Consejo de la Administración en la provincia de Santiago de Cuba por la falta de previsión para desempeñar la labor efectiva que como inversionista le corresponde. Si hubiesen cumplido con esa obligación habrían podido impedir los atrasos y la falta de calidad que han tensionado esa obra.
Los cuadros del gobierno a todos los niveles y los constructores conocen la carta que envié al general de cuerpo de ejército Julio Casas Regueiro el 15 de julio de 1999, (dentro de unos días habrán transcurrido once años), donde expresé:
Meditando sobre las insuficiencias de nuestro proceso inversionista, he llegado a la conclusión de que hay que cambiar radicalmente los métodos y estilos de trabajo de los inversionistas, proyectistas, constructores, suministradores, nos hemos habituado a ser "expertos" en dar reuniones, mítines, asambleas, lanzar consignas, hacer compromisos de terminación de obras como "saludo" a fechas históricas, que casi nunca se cumplen y en las pocas veces que se logran, ha sido en detrimento de la calidad, ejemplos sobran en todo el país y los constructores, mejor que nadie, los conocen. Personalmente, siempre he pensado que esto es pura fanfarria sin sentido. Al final nos vamos acostumbrando a convivir con la mentira, los lamentos y a buscarle explicaciones a los continuos aplazamientos de las fechas acordadas en los contratos, en lugar de impregnar en los cuadros y en la masa trabajadora el espíritu de combate y el sentido de la urgencia en resolver los problemas, lo que solo se puede alcanzar cuando todos y cada uno sepamos cumplir estrictamente con nuestro deber.
Ratifico el reconocimiento al compañero Ramiro Valdés por la manera en que ha venido desempeñando el control y la exigencia de esta tarea, a la compañera Inés Chapman, destacada especialista en el trabajo hidráulico, cuya labor de dirección, mando y exigencia ha sobresalido desde que asumió el trabajo encomendado y distingue el papel de las mujeres en las tareas de dirección. Reconozco también el rol que ha desempeñado el Partido en la provincia bajo la dirección de su Secretario, Lázaro Expósito, desde que fue elegido el 8 de abril de 2009.
Considero imprescindible saludar el trabajo de participación de las masas que se emprendió tras la apelación al pueblo santiaguero para la cooperación y apoyo a la ejecución de la obra, cuya contribución ha sido destacada.
Llegue un reconocimiento al periodista santiaguero José Antonio Torres, por su constancia en el seguimiento de esta obra.
Finalmente, considero que este es el espíritu que debe caracterizar a la prensa del Partido en sus exámenes, ser transparentes, críticos y autocríticos, porque es la manera en que podremos extraer la única utilidad que tiene el análisis sincero de los errores: sacar las experiencias; de lo contrario, seguiremos ocultándolos y repitiéndolos una y otra vez, como ha estado sucediendo.
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