Aznar, portavoz de las indigencias españolas.

Norelys Morales Aguilera.

Que el periódico Granma critique a José María Aznar no puede ser noticia contrario a lo que han publicado EFE y Europa Press, entre otros, dado que ningún presidente español fue alguna vez más servil en la política de Estados Unidos contra Cuba junto a sus afines del clan Bush y la mafia miamense.

Sin embargo, que en España al ex presidente le permitan delinquir y ser portavoz de lo que los derechistas no se atreven a decir por “políticos” es una razón de más para darse cuenta de cómo anda la “temperatura” por “la madre Patria”.

Para un comentarista gallego el señor “Anda por ahí predicando las indigencias españolas (la última vez en el Financial Times de este lunes)”.

Frescas esas palabra siguió la carga “Debemos restaurar el verdadero sentido de la democracia y sus límites", pero ahora tal y como hiciera la señora Hillary Clinton hablando de Internet, la democracia tiene un límite. Para estos señores es la que pretenden imponer.

El guerrerista Aznar dijo que creía "sinceramente" que en estos momentos "el poder político ha traspasado todos los límites razonables y ha invadido terrenos que no deben ser de su competencia, porque no es asunto suyo iluminar verdades sino generar y gestionar consensos como instrumento de la paz social".

Estas palabras las dijo en la presentación del libro del senador italiano Marcello Pera ¿Por qué debemos considerarnos cristianos? Un alegato liberal.

Aún en ese contexto el pensamiento de Aznar queda bien explícito. Habló sobre el estado liberal y la pérdida del legado cristiano y sus consecuencias. Suma de neocon más estado liberal y clerical.

El dato más llamativo de su “astucia falangista” es que nada ha dicho de los vuelos secretos de la CIA por Europa, de las torturas contra los iraquíes y contra los reclusos de la prisión de la ilegal Base Naval de Guantánamo.


Nada tampoco que afecte su expediente entreguista ante la extrema derecha norteamericana y la de origen cubano de Miami, que bien ha sabido llenar sus bolsillos de buenas monedas de oro como publica El Mercurio Digial.

La indigencia de Aznar respecto a Cuba es una clase maestra de servilismo clonado: había que verlos en el último show.