Norelys Morales Aguilera (ESPECIAL PARA CUBAHORA.CU)
Nadie podría suponer que los países ricos llegarían a Copenhague con la voluntad de resolver los problemas del clima ni sus graves consecuencias. Ya se sabe lo sucedido con el protocolo de Kioto y el papel desempeñado por los Estados Unidos y su club allegado en el fracaso. Lo que es lo mismo decir, que el 20 por cien de la población mundial contamina al resto y le hace pagar bien caro en términos de vida humana, como muertes evitables y eliminación de bosques o biodiversidad.
Es paradigmático el caso de Al Gore, quien siendo vicepresidente de Bill Clinton no suscribió el protocolo, a favor de sus transnacionales y hoy gana plata en sus mega conferencias descubriendo el agua tibia del calentamiento global, pero está de acuerdo con los biocombustibles, como si nada tuvieran que ver con el asunto.
Las conversaciones mundiales sobre el clima que están teniendo lugar en Copenhague fueron sacudidas por la noticia de que los países ricos redactaron un acuerdo secreto en el que se margina a los países más pobres y a las Naciones Unidas, según Amy Godman de Democracy Now!.
Ella cita las palabras del negociador sudanés Lumumba Stanislaus Di-Aping, Presidente del Grupo de los 77 o G77 (el bloque de países en desarrollo cuyo objetivo es apoyarse mutuamente en las deliberaciones de las Naciones Unidas), quien afirmó que las propuestas eran inadmisibles.
El martes 8 de diciembre el periódico londinense The Guardian publicó los detalles de un acuerdo que se filtró y que incluiría a Estados Unidos, Gran Bretaña, Dinamarca y un puñado de países más. El acuerdo, en el que no hay recortes de emisiones vinculantes, permitiría a los países ricos contaminar casi el doble que las naciones más pobres para 2050.
Stanislaus Di-Aping declaró: “Los países miembros del G77 no se retirarán de estas conversaciones, consultas o negociaciones a esta hora intempestiva porque no nos podemos dar el lujo de fracasar en Copenhague. Y permítanme ser muy categórico en realidad. Diez mil millones de dólares no alcanzarán para comprar ataúdes suficientes para las personas de los países en desarrollo”.
¡Diez mil millones! cuando se calcula conservadoramente que se necesitarían 500 000 millones. ¿No fueron 700 000 los que aprobó Bush y bendijo Obama salvar la banca y hacer creer que la crisis concluyó? Sí, a los que se sumó un nuevo salvataje por 800 000 millones para reactivar el consumo y el crédito en noviembre. Dinero existe, pero distribuido por los ricos para los ricos.
A finales de octubre de 2008 recordaba Eduardo Rosenzvaig, en la Cumbre Mundial reunida en Pekín para tratar el calentamiento global, las naciones ricas impusieron un cambio en la agenda. Decidieron tratar la crisis financiera global. No cómo salvar la vida sino cómo salvar los bancos. No de estrategias para proteger al vasto genoma humano, sino de estrategias para proteger las ofuscadas burbujas hipotecarias.
El filtrado del documento secreto por The Guardian no añade mucho a lo que se está visionando en Copenhague. Mientras se espera la llegada de los ministros de Medio Ambiente de los 192 países participantes, a partir de finales de esta semana, y los jefes de Estado y de Gobierno casi al concluir la conferencia, el 18 de diciembre, ni en la sesión plenaria ni los paneles sectoriales hay indicios sobre el logro de un documento vinculante.
Se nota irritación y algunos depositan demasiadas esperanzas en el liderazgo de Estados Unidos.
Entre quienes han levantado la voz estuvo el delegado de Tuvalu, que reclamó la atención sobre la posible amenaza de desaparición por la subida del nivel del mar de esta isla del Pacífico, una intervención que recibió el decidido apoyo de varios países en desarrollo.
El borrador elaborado por Dinamarca, que preside esta cumbre de la ONU, ha sido interpretado por ONGs ambientalistas como Oxfam Internacional como un intento de favorecer a los países industrializados en el reparto de las cuotas de reducción de CO2.
Este miércoles 9 la ex gobernadora de Alaska y ex candidata a la Vicepresidencia por el partido republicano, Sarah Palin, pidió al presidente de EE.UU., Barack Obama, que "boicotee" la cumbre del cambio climático que se está celebrando en Copenhague, según EFE.
Palin se dirigió al presidente Obama en una columna de opinión publicada en el Washington Post en la que considera que no debería formar parte de esta "conferencia politizada".
"Nuestros representantes en Copenhague deberían recordar que una buena política medioambiental es la que sabe sopesar los costes y los beneficios y no persigue una agenda política", señala la ex gobernadora.
Estuve tentada a considerar estas declaraciones una estupidez. Sin embargo, no olvidar que esta Señora contendió por la vicepresidencia de Estados Unidos y su pensamiento es el de grupos de poder importantes en Estados Unidos.
El enfrentamiento está planteado por la vida o por el deterioro irreversible del Planeta.
Una voz autorizada del Tercer Mundo hoy, el presidente de Bolivia, Evo Morales, sostiene que la conferencia sobre cambio climático que se celebra en Copenhague "es un debate sobre la vida" y ratificó que su país planteará que los países ricos paguen su "deuda ecológica" con la humanidad.
"La cumbre de Copenhague es mucho más de carácter mundial, es un debate sobre la vida, sobre la humanidad. Ahí tenemos profundas diferencias con Gobiernos capitalistas. Yo sigo convencido de que el capitalismo es el peor enemigo de la humanidad", dijo Morales.
En su Reflexión de este miércoles 9 de diciembre. Fidel Castro, indiscutible político avezado, después de analizar el agresivo discurso de Obama(-Bush) alertó: “Las naciones más ricas tratarán de lanzar sobre las más pobres el peso de la carga para salvar la especie humana. Debe exigírseles el máximo de sacrificio a los más ricos, un máximo de racionalidad para el empleo de los recursos, y un máximo de justicia para la especie humana.”
Difícil que se pueda conseguir en Copenhague lo que necesita hoy la humanidad, entre sacudidas de los ricos y decepciones de los pobres, que siguen siendo los más y los más afectados también.
3 comentarios:
¿Acaso había alguien que creyera en serio que la gente con poder iba a mover un dedo por los demás?
no cabia esperar otra resolución, puesto que quienes se esforzaron por someter y explotar a pueblos sin medir consecuencias humanas, menos iran a recapacitar por someter y explotar al planeta, cuyas quejas acabaran primero, con los explotados de siempre
saludos desde argentina
Copenhague no será suficiente, los dueños de la polución se sienten seguros en sus mansiones climatizadas.
tendremos que sacarlos de allí primero.
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