Galel Cárdenas
En Honduras el escritor vive de su propia utopía, de su conciencia, de su compromiso histórico, de su ideología liberadora, de su visión estética, de su experiencia social donde reina la injusticia, la inequidad, el privilegio, el dominio, al represión manifiesta y oculta, la marginalidad de los enemigos de clase, o de los enemigos que circundan el medio intelectual, la envidia, la intriga y todas sus formas de expresión.
En Honduras el escritor tiene su propia paga: el silencio de los que se oponen a su práctica estética, los pontífices del arte que coronan falsos dioses con pies de barro, el olvido de una sociedad analfabeta en lo cultural y en lo social, el abandono de un Estado neoliberal que sirve a la clase oligárquica que lo instrumentaliza y lo pone en franca abyección para condenar a los pobres y enaltecer a los poderosos.
En Honduras el escritor es algo así como un paria que deambula por las calles o por su propia soledad, escribiendo versos, cuentos, novelas, ensayos, dramas, en fin, rumiando entre dientes la impotencia a la que es sometido por que los líderes sean revolucionarios o reaccionarios que dirigen el país son, al igual que la misma burguesía, analfabetos, insensibles al arte musical, pictórico, dancístico, literario, arquitectónico, etc.
A mí me paga, entonces, el pueblo, los lectores, los compañeros de viaje como decía León Trotsky; me pagan los aciertos y me condena los desaciertos, soy un eterno deudor del pueblo que merece nuestro trabajo en derredor de la salvaguarda de su dignidad, de su liberación, de su soberanía.
Me pagan los amigos a quienes les debo la amistad con absoluta lealtad, además me pagan aquellos que sin conocerme creen que en la carrera literaria que escogí desde el día en que, a los doce años, escribí el primer poema.
He sido militante del Partido Comunista Marxista Leninista, miembro del Frente de Reforma Universitaria de la UNAH, he sido presidente de la Asociación de Profesores del Cueg-Unah, Secretario de la antigua Unión de Escritores de Honduras, presidente de la actual UEAH, organización en la cual hemos puesto varios escritores nuestra voluntad y convicción política ideológica al servicio de la defensa de la causa de la Resistencia Nacional contra el Golpe de Estado, soy un fiel militante de la causa de nuestro Presidente Manuel Zelaya Rosales, en el Partido Liberal donde milita uno de los más esclarecedores líderes contemporáneos que ha brindado al pueblo hondureño la oportunidad de re-encontrarse con su propio destino, su propia liberación y su propia ideología constructora de la nueva Honduras que habremos de fundar en el tiempo que deviene.
Me pagan, así mismo, la convicción política de que el socialismo latinoamericano constituye el modelo de construcción de una sociedad justa, equitativa, dignificante de la humanidad, sin privilegios, tal como piensan y actúan los líderes latinoamericanos de América Latina, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Fernando Lugo, Luis Ignacio Lula Da Silva, Daniel Ortega y Manuel Zelaya Rosales.
Estoy en deuda con todos aquellos que creen en la liberación de un pueblo heroico que ha sacrificado vidas extraordinarias para fundar la Honduras que soñó Francisco Morazán, José Cecilio del Valle, José Trinidad Cabañas, Clementina Suárez, Medardo Mejía, Jacobo Cárcamo, Alfonso Guillén Zelaya, Froylán Turcios, y demás hombres que han descrito el ser y la naturaleza de una nueva nación, con ellos estoy en deuda y por ellos estoy siendo remunerado hoy y siempre.
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