El Congreso del golpe en Honduras ratifica otra vez el golpismo.


La ratificación por la mayoría del congreso de Honduras de la destitución del presidente constitucional, Manuel Zelaya, abrió un nuevo capítulo a la prolongada crisis política del país.

La decisión, adoptada en una larga sesión culminada anoche, refrendó el derrocamiento y expatriación del estadista por las fuerzas armadas el 28 de junio pasado, validadas pocas horas después por el parlamento.

Desde mi punto de vista, lo que pasó en el Congreso Nacional fue un golpe de estado, dijo el diputado Edmundo Orellana, uno de los pocos miembros del Partido Liberal que defendió el retorno al orden constitucional.

El legislador César Ham, del Partido Unificación Democrática, aseguró que la resolución, a la cual se opuso, sólo conducirá al agravamiento de la crisis en Honduras.

Los principales actores del golpe -las fuerzas armadas, los poderes del régimen de facto y Estados Unidos- apuestan a que las elecciones del pasado domingo conduzcan a la normalización del país.

En los comicios, el Tribunal Supremo Electoral dio la victoria al empresario de 62 años Porfirio Lobo, postulado por el conservador Partido Nacional, cuyos 55 legisladores votaron en contra de Zelaya.

En tanto, el Frente Nacional contra el golpe de Estado, que lidera la resistencia desde el mismo día de la asonada, reiteró desconocer los resultados de las elecciones, que considera una farsa para legitimar la ruptura del orden constitucional por los militares.

Esa vasta alianza de fuerzas populares ratificó que continuará la lucha por la restitución de la democracia y de Zelaya, así como por una asamblea nacional constituyente que refunde a la nación.

El estadista adelantó que impugnará legalmente los comicios y buscará reprogramarlos cuando existan condiciones para su realización limpia y transparent.

En la práctica, los mismos actores del conflicto desatado por el derrocamiento de Zelaya mantienen sus posiciones encontradas, aunque un nuevo factor se ha incorporado tras los comicios: Lobo y el Partido Nacional.

Este último, acusado por la resistencia de ser uno de los pilares de la conspiración golpista, alcanzó, según el Tribunal Supremo Electoral, la mayoría en el próximo congreso con más de 70 de los 128 escaños.

El diputado Ham alertó que Honduras necesita cambios urgentes, pues es insostenible que el 10 por ciento de la población controle el 90 por ciento de la riqueza mientras el resto esté condenado a la miseria.

El congreso debatió el tema de Zelaya en virtud de los acuerdos suscritos por representantes de éste y del jefe del régimen de facto, Roberto Micheletti, el pasado 30 de octubre, tras casi cinco meses de tensas negociaciones.

Zelaya había anunciado que no iba a aceptar su restitución como parte de una maniobra para legitimar el golpe militar y las elecciones del domingo. (PL)

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