El diálogo en Honduras empezó mal y mal anda en su tercera jornada.



Imágnes de la policía lanzando gases lacrimógenos hoy 9 de octubre

Sigue la represión y el golpista Micheletti insulta a los ilustrísimos diplomáticos que diplomáticamente no se quieren dar por enterados.

Unos 200 manifestantes fueron dispersados con gases y chorros de agua hoy frente a la sede de las negociaciones entre el gobierno interino y el depuesto mandatario, que continuaban sin avances.

Los manifestantes obstaculizaron parcialmente el transito vehicular por espacio de una hora, tras lo cual la policía los dispersó con gases lacrimógenos.

Algunos volvieron a agruparse esta vez en la entrada del local, de donde fueron sacados con chorros de agua."Vengo porque no es justo lo que ha pasado. Queremos volver al orden constitucional, dijo con los ojos enrojecidos y llorosos Rosauro García.

"Estamos en una protesta totalmente pacífica... los gases lastiman bastante pero ya nos hemos acostumbrado después de 104 días, recibiendo represiones violentas'', dijo por su parte Natalie Roque.

Juan Barahona, uno de los tres negociadores del Zelaya en la mesa de diálogo, dijo que "no hay avance''.

Explicó que el medular en las pláticas, el retorno de Zelaya a la presidencia, no fue abordado en la jornada de la mañana. "Se ha discutido otras cosas colaterales'', dijo Barahona sin entrar en detalles.

"Para nosotros la crisis se resuelve con la restitución'', señaló. Dijo que en la víspera el tema fue tocado pero no se logró un consenso. Agregó que hay "moderación en la mesa y un esfuerzo porque el dialogo no se eche a perder''.

El diálogo fue instalado por una misión de la OEA que concluyó una visita a Honduras en la víspera, pero dejó planteada las bases del proceso de diálogo que será directo y sin intermediarios entre el gobierno de Roberto Micheletti, y Zelaya sacado a punta de fusil de su casa hacia Costa Rica el 28 de junio.

Entre las condiciones se encuentran el restablecimiento y permanencia de las garantía constitucionales, la apertura de los medios de prensa clausurados, el normal acceso y consulta del mandatario depuesto con sus representantes en la mesa de conversaciones.

Las conversaciones tienen como punto de partido el acuerdo de San José, planteado hace dos meses en Costa Rica, con aspecto principal elemento del retorno de Zelaya a la presidencia, algo que rechaza el gobierno de facto.

El acuerdo de doce puntos plantea también la formación de un gobierno de unidad nacional, el compromiso de que no habrá convocatoria de una constituyente, amnistía política para todos los involucrados en la salida forzosa de Zelaya y que el acuerdo sea supervisado por la comunidad internacional.

El diálogo que buscaría encontrar una salida a la crisis, empezó mal y mal anda.

Micheletti, quien sostiene que no hubo golpe de Estado sino una "sucesión presidencial", esta empeñado en que la comunidad internacional reconozca los comicios presidenciales del 29 de noviembre, que a todas luces si se produjera en las actuales condiciones, sería ilegal también.

Fuente: Agencias desde Tegucigalpa.


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