Alguien bien querido se le ha muerto: Almeida.


Norelys Morales Aguilera.

En mi ruta mañanera entro a la bodega (tienda) del barrio para comprar mis cigarros del día. Ahí, como periódico viviente suele pasar de boca en boca la noticia con la que se amanece. Los comentarios son el fabuloso caleidoscopio en que se entreteje la cotidianeidad.

Hoy se anunció el fallecimiento la noche anterior a las 11:30 pm, hora de La Habana, del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque víctima de un paro cardio-respiratorio. Alguien que no se informó aún indaga.

Me detengo a escuchar para contrastar con lo que ya sé, pero lo dicen con lujo de detalles y lo hacen saber a quien desea informarse.

Algo alejado, un hombre entrado en años, como rumiando lo que dicen permanece en silencio. Parece que solo escucha o quizás está ocupado en sus propios asuntos. Está de espaldas sobre el mostrador de la bodega. La dependienta ya lo ha servido.

El grupo ronda las diez personas (hombres y mujeres de varias edades). La sabrosa charla se me antoja la ampliación de la noticia.

Alguien evoca a Almeida en los días de la lucha contra las bandas de “alzaos” (terroristas armados por la CIA en el Escambray al centro de la Isla), alegre, activo, campechano, fidelísimo a Fidel…

El hombre que permanecía en silencio se vuelve y afirma: “El negro era bueno…”. Lo dice lento y electrizante. De sus labios sale la palabra “negro” con una afectividad entrañable. En “era” duda. En “bueno” suspira su alma.

Deja la frase en el aire. Se retira.

Más de uno replica: “era bueno”…, como si no hubieran otras palabras.

Entonces me percato de mi lentitud. Como periodista no reacciono a interrumpir el silencio que lo aleja. Estoy segura que lo conoció. Hubo algo en su mirada que solo minutos después descubro.

¿Dónde lo conoció?. ¿En la Sierra? ¿En Oriente? ¿En Las Villas? ¿En un campo de caña? ¿En alguna movilización militar? ¿Cantó sus canciones con él? ¿Supo de sus amores? ¿De sus dolores?¿Qué habría unido a esos hombres en algún momento de sus vidas, de la vida de una nación?¿Cuándo se vieron por última vez?...

En la mirada húmeda de ese hombre que solo pronunció una frase: “el negro era bueno”, había un profundo dolor: alguien bien querido se le ha muerto.

PUBLICADO EN CUBAHORA.CU

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