Fallece Hortensia Bussi, un símbolo de la resistencia.



A los 94 años de edad y en compañía de algunos de sus familiares, falleció la tarde de este jueves cerca de las 14H00 locales, Hortensia Bussi Soto, viuda del ex presidente chileno, Salvador Allende.

El deceso de Bussi se produjo por causas naturales, según explicó la doctora Paz Rojas, su médico de cabecera.

La especialista detalló que la ex primera dama "amaneció bien" y durante la mañana se quedó dormida, por lo que su muerte "fue tranquila. No sufrió".

Asimismo, señaló que Bussi "no necesitaba un control permanente" pues no presentaba ni enfermedades cardiacas ni respiratorias, y que sólo estaba afectada por los problemas propios de una persona de su edad. Por esa razón, "su muerte nos sorprendió a todos".

Extraído del libro de Jaime Suárez, Allende Visión de un Militante. Nota de Cecilia Suárez Indart.

Tencha, para mí, empieza a adquirir una estatura insospechada y una calidad notable a partir de 1970.



No es sólo por la dignidad en el ejercicio de la función de por sí delicada, en una época en que se desataban intereses populistas que buscarían en ella una forma de satisfacerse. No. No era tampoco esa particular y tan singular forma de mantener las relaciones con su marido, el Presidente de la República. No. Lo que me impresionaba mucho era su capacidad innata para tener un plan de vida, con claridad precisión para su actuación pública y privada. Mujer bella, elegante, distinguida, culta, pedagoga, provocaba en los sectores reaccionarios una indiscutible ira, porque la imagen de la Primera Dama efectivamente proyectaba simpatía y donaire.



Sin embargo, después del golpe militar, la estatura de Hortensia Bussi de Allende logra una dimensión internacional relevante y se transforma en un verdadero símbolo de toda la oposición que Pinochet genera en el mundo. Tencha, menuda, con una salud precaria pero con voluntad de hierro, recorre el mundo siendo acogida por mandatarios, pueblos y organizaciones, sin descansar, en una actividad que ayuda decisivamente a mantener la solidaridad con la lucha democrática chilena en las primeras notas de la agenda política del más alto nivel.

El quehacer de Tencha no se limita a la reiterada y necesaria denuncia de la violación de los derechos humanos en Chile. Con extraordinario oficio diplomático interviene y promueve relaciones unitarias en torno a la recuperación de la democracia y adquiere un lugar en la historia de este doloroso tiempo chileno.

Cuando Tencha regresa a Chile, el pueblo en Santiago le tributó la recepción que merecía como signo de unidad, de valor, de esperanza y también de justicia.


Fuente: TeleSur.

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