Emilio Marín.- Otro aspecto que las agencias noticiosas dependientes del Departamento de Estado ocultan o tergiversan sobre Nelson Mandela es su profunda amistad con Cuba y Fidel Castro.
En las biografías que escriben del sudafricano no figura la visita que hizo a la isla en 1991 ni la devolución del entonces presidente cubano a Sudáfrica en la asunción del xhosa como mandatario el 10 de mayo de 1994.
Otro ejemplo de la censura, omisión, olvido, etc. -que cada quien califique- es que de la lista de premios internacionales obtenidas, figuran casi todas menos una. Consignan el Nobel de la Paz, Jawaharlal Nehru al Entendimiento Internacional (India, 1980); Simón Bolívar de la UNESCO (1983); el de la Fundación del Tercer Mundo para los Estudios Sociales y Económicos (Reino Unido, 1985); el de la ONU en el campo de los Derechos Humanos (1988); Al-Gaddafi de los Derechos Humanos (Libia, 1989); Lenin de la Paz (URSS, 1990); el de la UNESCO en el campo de la Paz (1992); Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (España, 1992); Gandhi de la Paz (India, 2001); y el Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional (2006).
A esa prolífica nómina le falta la Orden José Martí, la máxima distinción de Cuba, que le fue impuesta en 1991 por Fidel Castro a nombre de su país.
Y no es un detalle menor. En su discurso del 26 de julio de ese año en Matanzas, Mandela agradeció profundamente la solidaridad y apoyo cubano de toda la vida, desde la propia de la acción política, el envión a la libertad sudafricana que supuso la victoria de Cuito Cuanavale (1987) en Angola, donde las tropas cubanas y angolanas derrotaron la invasión de los militares sudafricanos, la ayuda posterior de los médicos cubanos, etc.
Pero mejor que lo diga el propio orador del acto mencionado:
"La presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica. ¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África! ¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco!
¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica! ¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no hubieran sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito Cuanavale marca un viraje en la lucha por librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!”.
Cuando Mandela muera, porque todos los hombres han de morir, será llorado en todo el mundo, ante todo en su Sudáfrica natal y también en su admirada Cuba.
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[Fuente: La arena.com.ar]
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