Norelys Morales Aguilera.- Una extraña jugada diplomática se desenvolvió al declarar Vladimir Putin que nunca entregaría a Estados Unidos al ex agente Edward Snowden, autor de la filtración sobre los programas de vigilancia y espionaje de Washington, pero le advirtió que si quería permanecer en el país debería dejar de "perjudicar a los socios estadounidenses".
Al parecer Rusia desea mantener el complicado equilibrio de sus relaciones con Washington y al mismo tiempo tener credibilidad como potencia emergente, razón por la cual concedería el asilo a Snowden bajo la condición señalada.
El secretario de Prensa del presidente Vladímir Putin Dmitri Peskov, confirmó que el ex contratista norteamericano solicitó asilo en Moscú, pero “había renunciado a sus intenciones y a su solicitud” al conocer la posición del presidente Vladímir Putin.
Snowden en una carta de agradecimiento a Ecuador por ayudarle a llegar a Moscú y examinar su petición de asilo escribió: “Me siento libre y en disposición de publicar información que sirva al interés público”.
También definió sus filtraciones sobre el espionaje de su país como un intento de “arrojar luz sobre este sistema secreto de injusticias”, al que, sostuvo, “el Gobierno de Estados Unidos ha respondido con una cacería extrajudicial”. Añadió, que sigue comprometido con “la lucha por la justicia en este mundo injusto”.
Todo parece indicar que Snowden conserva información sensible por develar, a pesar de que "en la historia de Estados Unidos no ha existido una filtración más importante que la divulgación del material de la NSA (National Security Agency) por Edward Snowden", según Daniel Ellsberg, informador de Los papeles del Pentágono con los secretos de la guerra en Vietnam.
La irritación de Washington, que considera a Snowden como un traidor, es una confirmación. Pero sus acciones rondan la paranoia y a su vez, permite conocer a sus aliados y aquellos sujetos a sumisión como España, Francia, Portugal e Italia, que propiciaron una indignante y vergonzosa humillación al presidente de Bolivia, Evo Morales, al retener su avión durante 14 horas en Viena.
Estados Unidos dijo no tener nada que ver con el atentado a Morales culpando a sus aliados. "Las decisiones (de bloquear el paso de Morales) fueron tomadas por países individuales y deberían preguntarles a ellos por qué toman esas decisiones", afirmó al respecto Jen Psaki, la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., en rueda de prensa del día 3 de julio.
Psaki eludió precisar si EE.UU. habló con esos países por la sospecha de que Snowden iba en ese vuelo, pero admitió que "En los últimos diez días hemos estado en contacto con un amplio número de países con posibilidades de que Snowden aterrizase o transitase a través de ellos".
Del mismo modo, Psaki esquivó la pregunta de si Washington pidió a las autoridades austríacas que inspeccionasen el avión presidencial en Viena por si se encontraba Snowden. "De nuevo, les refiero a todos esos países para que describan qué ocurrió y por qué se tomaron determinadas decisiones", comentó la portavoz.
El silencio oficial y las excusas risibles o la callada por respuesta de sus aliados europeos de la OTAN, incrimina a Estados Unidos con el atentado a Evo Morales, pero como si fuera poco se acompaña de prepotencia y chapucería.
El Departamento de Estado presentó una solicitud de extradición de Edward Snowden ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, el propio 3 de junio mientras el mandatario boliviano se encontraba en Viena.
"Estados Unidos nos ha enviado una nota donde solicita la extradición en caso de que el ciudadano Edward Snowden esté circulando en territorio boliviano. No es casual, esa nota llegó a la Cancillería con este contenido. Consideramos que Estados Unidos ha pensado que Snowden está en el avión presidencial y que los países han actuado de manera consensuada", señaló el canciller boliviano David Choquehuanca a Telesur.
El gobierno boliviano devolvió a la embajada de Estados Unidos en La Paz la solicitud por considerarla ilegal e infundada, según su cancillería.
Para la abogada y escritora Eva Golinger, “No hay ninguna duda de que haya sido una orden de Estados Unidos bajo la sospecha de que estaba a bordo Edward Snowden y no les importó el hecho de que era un presidente [el que estaba a bordo], un jefe de Estado, y que hayan puesto en peligro su vida. Es una muestra de que los países europeos están subordinados a EE.UU. y han actuado sin saber”.
El ex analista estadounidense de la CIA permanece en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremetievo, según ha dicho a la agencia Interfax una fuente de los servicios aeroportuarios, pero debido a que carece de documentos, no tiene posibilidad de volar a ninguna parte ni abandonar la zona de tránsito".
El secuestro de Evo Morales ha desatado una crisis diplomática, por el momento, de Europa con América Latina. El affaire continúa hoy en una reunión de UNASUR mientras Edward Snowden, perseguido internacional, asusta tanto a Washington que está dispuesto a todo por apresarlo y depararle la peor de las suertes, aunque tenga que violentar cualquier ley.
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