Un reporte publicado por el diario de la mafia anticubana El Nuevo Herald asegura que la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales, que supervisa la Voz de América y la Oficina de Transmisiones a Cuba, informó esta semana a los empleados de las estaciones Radio TV Martí en Miami que algunos podrían ser despedidos pronto.
Según el libelo anticubano «Dos empleados que pidieron no ser identificados por temor a represalias dijeron que hasta 25 empleados podrían ser despedidos».
Entre los puestos que podrían eliminarse, de entre los 117 trabajadores con que cuenta la Oficina de Transmisiones a Cuba, están los de presentadores, productores, editores y camarógrafos.
Al conocer la noticia, como era de esperarse, los principales patrocinadores de ese engendro mediático, los republicanos de la Florida en el Congreso Marco Rubio y Mario Díaz-Balart pusieron, una vez más, el grito en el cielo.
Tras las protestas del 11 de julio en Cuba, “el gobierno de Biden debería estar alzando la voz de quienes abogan por la libertad de Cuba, NO silenciarlos mediante vergonzosos recortes de personal en Radio y TV Martí”, escribió el senador Rubio en Twitter. “Martínoticias es un componente crucial de las iniciativas en apoyo de la libertad y la democracia en Cuba”.
En los últimos años, afirmó el representante Díaz-Balart, la agencia de Estados Unidos para los Medios Globales ha solicitado repetidamente un presupuesto de aproximadamente $13 millones para las estaciones, por debajo de los $30 millones que solía obtener en el pasado, lo que conduciría a recortes de personal, dijo en un comunicado el jueves.
Según la misma fuente durante muchos años, los críticos de TV Martí en los propios Estados Unidos han cuestionado su eficacia y han señalado que el gobierno cubano interfirió su señal por lo que las estaciones se han visto obligadas a ampliar su presencia en internet.
En 2019, tras el escándalo provocado por la emisión de un controversial reportaje sobre George Soros, una revisión independiente encargada por la agencia determinó que algunos de los programas de noticias no cumplían con los estándares periodísticos básicos.
En realidad, la mal llamada Radio TV Martí, desde su fundación durante la administración de Ronald Reagan en 1981, ha sido un rotundo fracaso que solo ha servido como fuente de empleo (botellas) para los acólitos del régimen anticubano que impera en la ciudad del odio y como prueba descarada e incuestionable de la injerencia del gobierno de Estados Unidos en los asuntos de Cuba.
Cubasi.cu
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