responde firme y atenta
alguien que lleva 60
años en esta nación.
Nací en la Revolución,
y aunque carente de vista,
cursé estudios, me hice artista;
¿qué hubiera sido de mí
sin mi Fidel, mi Martí
y mi Cuba socialista?
Me senté frente al tablero
del dominó muy pequeña,
y cuando juego la dueña
del mundo me considero.
Frente al tacto el agujero
de una ficha se conmueve,
y en cada partido breve
hierve mi sangre mulata
porque la primera data
me la dio el 59.
Pobre del que se le tranca
el dominó muy temprano
¡¡será que ha soñado en vano
jugar en la Casa Blanca!!
Quien le besa al norte el anca
no podrá el juego ganar,
yo sí, yo aprendí a jugar
con un Comandante noble
que cuando me sobró un doble
no me lo dejó contar.
¡Qué pena mal jugador,
que quieras seguir los pasos
de aquellos que a latigazos
te humillaron el color!
Tu canto provocador
ni me asusta, ni me advierte;
sé que mientras el sol fuerte
de la dignidad irradie:
aquí no se rinde nadie,
Socialismo, Patria o Muerte.
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