Cubanos ante el "altar cibernético"

Norelys Morales Aguilera.─ Las redes se han convertido en un confesionario ante un "altar cibernético", según argumenta el filósofo y escritor Farnando Buen Abad. 

"A San Juan Casiano (entre 360 ​​y 365 Dobruja, Rumanía) se le ocurrió la “confesión privada” que, además de la declaración de pecados, incluyó la ejecución privada de la penitencia. El confesor pasó a ser una especie de compañero espiritual con quien, producto de miedos o arrepentimientos, los  fieles “comparten” problemas o “pecados” (...) ¿Qué hace un confesor con la información que recolecta? ¿La silencia?" [1]

Y, continúa Buen Abad: "...Estando frente al ordenador, el penitente es un “confesante digital” en contacto directo con su confesor espía. Como en las figuras medievales. No hace falta que diga “Yo confieso… ante este altar…” basta y sobra con escribir saludos, comentarios, abrir páginas, guardar imágenes… aceptar contactos y desplegar lo que le gusta o le disgusta, frente al “teclado” y, así, una forma de la confesión ocurre ante un “altar cibernético”.

Pero, hay más en ese territorio digital supuestamente libre y democrático. "¿A dónde fueron a parar las promesas de democracia de unas redes en las que todos tendríamos, en igualdad de condiciones, la libertad de expresarnos?" pregunta M.H.Lagarde. [2]

Las llamadas redes sociales, si es que alguna vez lo fueron, dejaron de serlo cuando se convirtieron, gracias a las ganancias que generan las ventas de datos de sus usuarios, las promociones de contenidos y la inserción de publicidad, posiblemente en las empresas más prósperas y lucrativas del capitalismo.

Las "gratuitas" redes sociales nos regalan el espejo de Narciso, para contemplarnos en selfies, y el espejo de la reina mala del cuento de Blancanieves, un espejo que habla a través de los likes y comentarios aprobatorios para inflamar el ego... Pero ese reflejo en ocasiones no es tan complaciente, y en vez de aprobación, destila el odio que insulta a algunos y genera el morbo en los demás.

La capacidad destructiva de estas empresas...la estamos viviendo en carne propia los cubanos por dos vías: la polarización y el escarnio que campea en las redes sociales, permeables al sarampión trumpista de grupos coordinados de cubanos que viven en Miami, y las teorías de la conspiración que inundan las comunidades latinas en Florida.  Tanto demócratas como republicanos compiten allí por la medalla al partido más anticomunista y por denigrar los símbolos de la Revolución cubana, en vísperas de unas elecciones en la que las mentiras han alcanzado una dimensión salvaje, según el diario digital Politico, reseñó Rosa Miriam Elizalde. [3] 

A los cubanos dignos estén donde estén toca ir al "altar cibernético" y proclamar nuestro derecho a participar con nuestras verdades como puños, con la inteligencia y la pasión con que un machete mambí sanjaba el acero. 

Pongamos nuestras verdades con la "razón sensible", que excluye los exhibicionismos egoístas. Con la prontitud humana que derrota a las herramientas de la big data y la predicción de la inteligencia artificial. 

Con la solidaridad con los que luchan por causas justas, y burlando los bloqueos y exclusiones.

La batalla no es pequeña, pero tampoco es pequeña la hidalguía con que nos han enseñado los mejores cubanos. No asustan aquí las campañas de la contrarrevolución. Estamos prestos. No nos cansaremos.

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[1] https://www.horyou.com/personality/fernando-buen-abad/news/entre-el-confesionario-y-el-big-data

[2] http://www.cubasi.cu/es/noticia/la-necedad-y-el-odio-una-mina-de-oro-para-las-redes-sociales?fbclid=IwAR0R6SSIpEOuLixvoKsLoKm_5sx8U5lUxvJCssMguO_oraQJtpFCxFGlpj4

[3] https://www.cubaperiodistas.cu/index.php/2020/09/el-dilema-social/?fbclid=IwAR0kXB3k0oDbjYO2qkSJk6dRlXxB7ohR4DXA-oOx9jP29OtGHUFpSSHFvRA

1 comentario:

Unknown dijo...

Fantástico esta publicación, retrata bien a los cubanos mayameros

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