En declaraciones a la prensa en el contexto de los debates previos a la Sesión Ordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el titular recordó que se apreció cierto progreso hasta 2017 en los vínculos entre La Habana y Washington.
Fue muy significativo el reconocimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de medio siglo a la nación antillana como una política obsoleta e inefectiva, y la necesidad de levantarlo porque provocaba descrédito y el aislamiento del país norteño, agregó, según Prensa Latina.
Nunca admitieron el carácter genocida y violatorio de los derechos humanos de un pueblo, ni del aspecto ético y quebrantador de las normas internacionales en esa medida norteamericana, comentó el titular.
Es verdad que avanzaron facilidades para los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba, y ahora otra vez son fuertemente restringidos por la Casa Blanca que pasa por encima de la libertad de viajar de sus nacionales, dijo Rodríguez.
Desde entonces -advirtió- vemos un endurecimiento del bloqueo, que nunca fue sustancialmente modificado en el periodo anterior, pero ahora suma nuevas medidas infundadas con la intención de círculos estadounidenses de poder de avanzar en un grado mayor de confrontación.
Tal actitud puede implicar medidas adicionales del bloqueo, una escalada de retórica y mayores acciones subversivas, alertó Rodríguez.
Hay muchas calumnias y mentiras respecto a los derechos humanos en Cuba, con sobrada ignorancia y una pincelada de interés de sostener un diálogo bilateral, señaló el jefe de la diplomacia.
Nosotros -recalcó- siempre hemos estado dispuestos a conversar con Estados Unidos, pero con absoluto respeto a la autodeterminación y soberanía, sin un ápice de sombra a nuestra independencia.
Nunca vacilaremos en reclamar nuestros derechos y denunciar sus acciones agresivas, aseveró el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
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