El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva consideró que la injusticia contra él, en forma de encarcelamiento y persecución, es una injusticia contra el pueblo, publicó el diario Granma.
En una entrevista concedida al diario -mediante un cuestionario hecho llegar hasta la cárcel por una 'mano amiga'-, Lula apuntó que el proceso contra él es político.
'Tuvieron que irrespetar la Constitución para arrestarme. Lo que está quedando cada vez más transparente para la sociedad brasileña y para el mundo es que ellos quieren sacarme de las elecciones de 2018', dijo el favorito en las encuestas.
Agregó que el golpe dado en 2016 contra la presidenta Dilma Rousseff indica que quienes lo atacan no admiten que el pueblo vote a quien quiera votar.
Sobre su tiempo en prisión comentó que lo emplea para leer y pensar. 'Es un momento de mucha reflexión sobre Brasil y sobre todo en lo que ha sucedido en los últimos tiempos. Estoy en paz con mi conciencia y dudo que todos aquellos que mintieron contra mí duerman con la tranquilidad con que yo duermo'.
'Por supuesto que me gustaría tener libertad y estar haciendo lo que he hecho toda mi vida: dialogar con el pueblo. Pero estoy consciente de que la injusticia que se está cometiendo contra mí es también una injusticia contra el pueblo brasileño'.
Según el expresidente, América Latina vivía en las últimas décadas su momento más fuerte de democracia y conquistas sociales, 'pero recientemente las élites de la región están tratando de imponer un modelo donde el juego democrático solo vale cuando ellas vencen, lo que, claro, no es democracia'.
'Brasil venía en una trayectoria de décadas de avances democráticos, de participación política y junto con ellos avances sociales, que se aceleraron con los gobiernos del Partido Trabajadores (PT), que ganaron cuatro elecciones seguidas', añadió.
Al decir del entrevistado, no se trata de un golpe solo contra el PT. 'No me arrestaron solo para perjudicar a Lula. Lo hicieron contra un modelo de desarrollo nacional e inclusión social. Se ha dado el golpe para eliminar los derechos de los trabajadores y jubilados, conquistados en los últimos 60 años'.
También agradeció toda la solidaridad recibida desde su país y otras regiones del mundo, y, en el caso de Cuba, correspondió especialmente los mensajes enviados por el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, y el presidente Miguel Díaz-Canel./PL
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