Canadá se involucra en mentira contra Cuba

Manuel E. Yepe.─ El Gobierno de Ottawa, que sostiene relaciones cordiales con Cuba pese a las enormes presiones en contra de Estados Unidos, parece haber cedido a las manipulaciones que lidera el senador republicano Marco Rubio, que se presenta como un exiliado de Cuba -país en el que no nació ni ha visitado jamás- para ejecutar una agenda de simulaciones y mentiras en perjuicio de La Habana.

El senador Marco Rubio ambiciona ser el relevo de Donald Trump en la presidencia estadounidense y sus promotores le han preparado a tal fin un programa anticubano que parte del cálculo de que el próximo presidente de Estados Unidos habrá de ser hispano y republicano.


La familia de Rubio huyó de Cuba, es cierto, pero ello ocurrió en 1956, durante la cruenta tiranía de Fulgencio Batista impuesta por Estados Unidos en 1952 mediante un golpe de Estado y fue depuesta en 1959 por la revolución popular. Nació en Miami y jamás ha puesto un pie en Cuba. Conceptuar a Marco Rubio como cubano equivale a definir a Donald Trump como europeo.

Canadá estableció relaciones diplomáticas con Cuba en 1945 y las mantuvo ininterrumpidamente tras el triunfo de la revolución cubana. Cuba fue el primer país de la región caribeña con el que Canadá intercambió misiones diplomáticas.

Los vínculos cubano-canadienses fueron especialmente cálidos en los años 70 y 80 del pasado siglo, durante el gobierno del Primer Ministro Pierre Elliot Trudeau, padre del actual Primer Ministro, Justin Trudeau, desde noviembre de 2015.

Pierre Elliot Trudeau y Fidel Castro tuvieron una muy estrecha relación de amistad, solidaridad y respeto, simbolizada en el hecho de que, a la muerte del líder canadiense en el año 2000, Fidel Castro fue uno de los portadores de su féretro en el funeral estatal.

En 1994, surgió una empresa conjunta entre la Unión Cubana del Níquel y la empresa canadiense Sherritt International, que opera una planta de minería y procesamiento sita en Moa, en el extremo oriental de la isla.  Una segunda empresa conjunta, Cobalt Refinery Co. Inc., fue creada en Alberta, Canadá, para refinar el níquel. En total hay en Cuba 85 empresas y subsidiarias canadienses de varios perfiles.

Canadá ha criticado sistemáticamente el bloqueo contra Cuba y se ha opuesto con firmeza a la extraterritorialidad de la Ley Helms-Burton.

En 1996, en el Parlamento de Canadá se introdujo el Proyecto de ley Godfrey-Milliken en rechazo de la extraterritorialidad de la Ley Helms-Burton. Era una ley que habría capacitado a unos tres millones de canadienses descendientes de personas leales al imperio británico integrados en la United Empire Loyalists que huyeron de la revolución en Estados Unidos, para demandar retribución por las propiedades y tierras confiscadas por el gobierno estadounidense a fines del siglo XVI, a raíz de aquella revolución.

Esa ley habría significado para un buen número de entidades económicas grandes y medianas de Estados Unidos una carga financiera de muchos billones de dólares, dada la valoración actual de las posesiones expropiadas.

La Godfrey-Milliken no llegó a constituirse en ley pero dio lugar a una enmienda de la Ley sobre Medidas Extraterritorialidades Extranjeras que efectivamente neutralizó todo intento por imponer la Ley Helms Burton a canadienses y entidades de Canadá.

El gobierno canadiense impuso además una multa de un millón y medio de dólares a cualquier entidad canadiense que de alguna forma contribuyera a la aplicación en Canadá de disposiciones de Ley Helms Burton.

Canadá también ha protestado contra la presencia de agentes de Estados Unidos en aeropuertos canadienses intentando capturar a ciudadanos estadounidenses que viajan a Cuba como turistas en desafío de las leyes del bloqueo impuesto por Estados Unidos.

Canadá opera una embajada en La Habana desde 1945. Cuba tiene la suya en Ottawa y consulados en Toronto y Montreal.

Marco Rubio se ha declarado arquitecto de la actual etapa de la agresión estadounidense contra Cuba e inventor de la patraña de los ataques sónicos a diplomáticos de Estados Unidos en la isla. En ese carácter, asesora la confección de las listas de personas y entidades cubanas que Washington sanciona como transgresores de las disposiciones del bloqueo estadounidense.

No es fácil comprender los motivos por los que el gobierno de Canadá, nación que es el mayor emisor de turistas a Cuba, pueda haberse alineado en una campaña contra Cuba que tiene como eje a alguien de trayectoria tan fullera.

Desautorizar por motivos de seguridad los viajes a Cuba de los familiares de los diplomáticos canadienses acreditados en la isla es sumamente extraño considerando que jamás se ha reportado algún hecho indicador de inseguridad contra algún canadiense de entre los millones que hace muchos años disfrutan de las bondades del clima cubano y el afecto sincero de su gente.

Manuel E. Yepe Exclusivo para el diario POR ESTO! de Mérida, México. http://manuelyepe.wordpress.com/



https://www.alainet.org/es/articulo/192443

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