Constante vigilancia del clima en Cuba con su red meteorológica

Por su ubicación en un área proclive a la formación de ciclones tropicales, como es la zona Atlántico-Caribe, Cuba mantiene puntual vigilancia del clima a través de los servicios meteorológicos, que han celebrado su Día Mundial, este 23 de marzo.

Conocer las variables meteorológicas es de vital importancia para la agricultura, la navegación aérea y marítima, predecir sequías e inundaciones y en general para preservar la vida y los recursos ante cualquier evento como tormentas y huracanes, que suelen ocurrir, sobre todo, en la estación lluviosa del país, de mayo a octubre.

Es por ello que cada día y a todas horas, el Instituto de Meteorología (INSMET) del país antillano, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, está atento a las lluvias, temperaturas, los vientos y los mares circundantes, para alertar a las autoridades y a la población ante cualquier anomalía climatológica, reseña la agencia Xinhua.

En la zona tropical, donde el cambio climático causa estragos crecientes, sobre todo en las islas, por la elevación de las temperaturas y del nivel del mar, es aún mayor la importancia de la vigilancia meteorológica, en lo cual Cuba posee una reconocida trayectoria, que incluye convenios de colaboración con otras naciones.

En ocasión del Día Mundial de la Meteorología, expertos de esa rama de la mayor de las Antillas y Rusia sostienen en La Habana un encuentro de asesoría técnica sobre las aplicaciones de la percepción remota satelital en la agricultura.

Esa cita de capacitación, dirigida por el INSMET y las oficinas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en ambos países, aborda el uso de los datos que brindan los satélites para el monitoreo de la sequía, el estado de los cultivos y para conocer el estimado de los posibles rendimientos agrícolas.

Asimismo, el INSMET tiene suscritos convenios y memorandos de entendimiento con otras naciones, como Estados Unidos, para intercambiar información y realizar investigaciones conjuntas sobre meteorología y clima, sismología y conservación de la fauna silvestre y de las áreas terrestres protegidas.

El texto, firmado en diciembre de 2016 por el Instituto de la ínsula y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio del país norteño, incluye la modelación de las condiciones atmosféricas, la ampliación e integración de las redes de observación del clima y la vigilancia, así como el análisis y la predicción de los huracanes.

El INSMET, creado el 12 de octubre de 1965, brinda alerta temprana ante peligros atmosféricos en la isla y la región, con información confiable y oportuna sobre el estado del tiempo, a fin de preservar al máximo a la población y los recursos ante un evento adverso, lo cual contribuye al bienestar de las personas y al desarrollo sostenible.

Esta dependencia, fundada por la Academia de Ciencias de la ínsula, está formada por la sede central en La Habana, nueve centros especializados de investigación y servicios, 14 centros provinciales, incluyendo uno en el municipio especial Isla de la Juventud y una red de unas 70 estaciones meteorológicas a lo largo del archipiélago cubano.

Con diversas actividades se sumó el Instituto de Meteorología de la isla a la efeméride global, que transcurrió esta vez bajo el lema: "Listos para el tiempo, preparados para el clima", con un llamado a reflexionar sobre la importancia de crear en cada país una red de observaciones climatológicas.

En su mensaje por la fecha, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, explicó que este debe ser el primer paso para aumentar la resiliencia ante los fenómenos climáticos extremos, y llamó a fortalecer la capacidad de adaptación de la sociedad a estos problemas y a fomentar los estudios sobre pronósticos meteorológicos.

El Día Mundial de estos servicios se celebra el 23 de marzo porque en esa fecha de 1950 fue creada la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), con sede en Ginebra, Suiza y perteneciente a la ONU.

Desde el 4 de marzo de 1952, Cuba es miembro de la Región IV de esa instancia científica, que abarca a América del Norte, América Central y Mar Caribe.

En esta jornada, la isla alerta sobre los efectos de la contaminación ambiental en el clima, cuyas consecuencias mundiales se traducen en sequías, inundaciones, tormentas de arena y de granizo, tornados, ciclones, nevadas, así como temperaturas extremas, aludes, incendios forestales, niebla y smog, males temibles para cualquier país, sea rico o pobre.

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