Foto: Oscar Alfonso Sosa |
Los historiadores se encargarán de poner en perspectiva sus pensamientos, pero al día de hoy, centrándonos en el cambio climático, no solo son sorprendentes, sino urgentes aquellas sentencias lapidarias en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil, el 12 de junio de 1992:
“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. (…) Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo”.
Sin dudas, fue un aldabonazo a la conciencia mundial para pedir una revolución medioambiental, más allá de las simplificaciones mediáticas.
El 21 septiembre de 2009, 17 años después, en una de sus Reflexiones, Fidel analizó datos sobre la problemática y estampó otra línea de acción:
“Nuestro deber es exigir la verdad. La población de todos los países tiene derecho a conocer los factores que originan el cambio climático y cuáles son las posibilidades actuales de la ciencia para revertir la tendencia, si aún se dispone realmente de ellas”.
Transcurridos 24 años, en su última aparición en público durante la sesión de clausura del 7.o Congreso del Partido Comunista de Cuba, en el Palacio de Convenciones de La Habana, el 19 de abril de 2016, Fidel volvió a remontar hacia el futuro: “Veremos qué dicen los gobiernos que casi en su totalidad suscribieron los compromisos climáticos”.
Se refiere al llamado Acuerdo de París, que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 y que, según la ONU, ofrece una oportunidad para que los países fortalezcan la respuesta a la amenaza del cambio climático, al mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2 ºC, teniendo en cuenta los graves riesgos que entraña.
La sombra de escepticismo que esboza Fidel Castro sobre los compromisos no era infundada. Los círculos ambientalistas no compartieron el alborozo mediático después del cónclave de París. E investigadores del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES) sostuvieron que el acuerdo de la 21 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015, COP-21, es de “poca eficacia climática” y que es engañosamente vinculante. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero será fijada por cada país y descansa en medidas voluntarias, informaba la revista mexicana Proceso.
Por otro lado, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) indicó que el otro supuesto gran logro de la COP-21 fue el de “movilizar” un financiamiento de 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a combatir los efectos del cambio climático. No obstante, los investigadores recuerdan que ese mismo compromiso ya había sido aprobado por la COP-16 de Cancún, en diciembre de 2010, sin un cumplimiento real.
No es posible saber si Fidel lo vislumbró, pero el pasado 1.o de junio, el presidente de Estados Unidos Donald Trump impactaba a la comunidad internacional anunciando su decisión de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París, determinación que afecta de forma severa los esfuerzos globales para detener el calentamiento global.
La garrafal ignorancia e irresponsabilidad, por decir lo menos, de Trump, al respecto quedará para la historia en sus propias palabras: “Me eligieron para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París”.
CUBA ANTE EL DESAFÍO DEL CAMBIO CLIMÁTICO
De cara al desafío de tal problemática con el mundo, Cuba ha abogado por un mayor compromiso de todos los países en el enfrentamiento al cambio climático, en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, este 28 de junio.
Durante la reunión intergubernamental preparatoria de la Declaración sobre principios éticos en relación con el cambio climático, la delegación cubana recordó que las implicaciones no solo se limitan a consecuencias medioambientales, sino que tienen un alto impacto socioeconómico.
La parte cubana buscará qué principios fundamentales, como la justicia, la solidaridad, la cooperación internacional, y las responsabilidades comunes, sean reconocidos en ese contexto, algo que se aviene con las acciones y enseñanzas de Fidel Castro.
Los científicos cubanos han trabajado y obtenido resultados concluyentes sobre las afectaciones en la isla del cambio climático, y eso implica decisiones políticas y aseguramiento financiero. También han ofrecido resultados y cooperación en este sentido en el área del Caribe.
“Tarea Vida” se llama la continuidad de las acciones en el archipiélago, que en síntesis contiene un conjunto de cinco acciones estratégicas, y once tareas dirigidas a contrarrestar las afectaciones en las zonas vulnerables. El programa gubernamental fue aprobado el 25 de abril de este 2017 por el Consejo de Ministros y constituye una prioridad para la política ambientalista del país.
Asimismo, fueron identificadas áreas prioritarias para la preservación de la vida de las personas en los lugares más vulnerables, para la seguridad alimentaria y el desarrollo del turismo, básico en la economía cubana y la región caribeña.
Ni para Cuba ni para ningún otro país el desafío del cambio climático será un camino de rosas. La voluntad política de los líderes mundiales está a prueba, así como la capacidad de exigir por ella a los movimientos populares y cada persona de buena voluntad en el mundo. El Papa Francisco también ha dado muestras de ética al respecto.
Fidel dejó la suprema lección de elevar a arte en la política la previsión, que como indicaba el Apóstol de nuestra independencia, José Martí: “Lo primero en política es aclarar y prever…”. En asunto como el cambio climático es elevada la acción que corresponde a la política y los políticos. Nadie responsable puede sustraerse de ello, cuando está en riesgo la “casa común” que es el planeta.
Cada vez más resuenan las palabras del líder de la Revolución cubana, en Brasil, y cada minuto son más actuales: “Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.
Publicado en Cubahora.cu
No hay comentarios.:
Publicar un comentario