Los ojos de Tania rescatados a la contemporaneidad son azules, de un azul intenso. |
En el interior de su mochila había un cuaderno de apuntes donde estaba manuscrito un fragmento de Nicolai Ostrovski: “Lo más valioso que un hombre posee es la vida, se le da a él solo una vez y por ello debe aprovecharla, de manera que los años vividos no le pesen, que la vergüenza de un pasado miserable y mezquino no le queme y que muriendo pueda decir: He consagrado toda mi vida y mi gran fuerza, a los más hermoso en el mundo, a la lucha por la liberación de la humanidad”.
Veronika, Miriam y Franz en la Esposición de Tamara Bunker |
Los proyectos investigativos concluyeron en la exposición “Mitos y realidad de Tamara Bunke”. La muestra resume la vida de la única mujer que formó parte de la guerrilla liderada por Ernesto, Che, Guevara en Bolivia en la década del 60 y estará a disposición del público en el museo de la Plaza homónima en Santa Clara hasta el mes de noviembre.
Con un concepto cronológico, los paneles abarcan su nacimiento en Argentina, sus estancias en la República Democrática de Alemania, Cuba y Bolivia. Se ve a una Tamara niña, a una joven que tocaba guitarra, acordeón y practicaba deportes, también a la agente de la inteligencia y la combatiente. Al mismo tiempo la exposición se compone de objetos personales, documentos, fotos, discos, diarios, títulos y condecoraciones que fueron donadas por Nadia, la madre de Tania, a la organización de solidaridad Cuba Sí, de Alemania.
Estudiantes y profesor Rump entonan el Himno del 26 de Julio traducido al alemán por Tamara Bunker. Foto Yasiel Valdés |
Los asistentes al acto inaugural escucharon el Himno del 26 de julio traducido al alemán por Tania e interpretada por los estudiantes y su profesor.
NO TENÍAN EL COLOR DE LOS OJOS Y LA PIEL
A pesar de que existe una iconografía relativamente abundante de Tamara Bunker, no se contaba con ninguna fotografía que dejase plasmado el color de los ojos y la piel de la revolucionaria. Dos estudiantes tuvieron a su cargo determinarlo.
Veronika Johannes y Franz Mattuschka declararon que la tarea que les diera el profesor Rump era difícil. Lo único con que contaban era con testimonios que decían de sus ojos azules y su piel caucásica. Hicieron varias pruebas que mostraron a personas que había conocido en persona a Tamara.
Una de las testimoniantes fue Elizabeth Dietze, una mujer dulce, amiga de la infancia, que juró a Nadia, la madre de Tania, que continuaría su labor de explicar quién era y a qué consagró su vida su entrañable Ita, como la llamaban en familia.
Veronika, Franz y Miriam Nather, otra joven directiva de la organización solidaria CubaSí que traducía a los estudiantes, afirmaron que ante ellos la vida de Tania cobraba emoción y altura ética.
Para Veronika y Franz el resultado les llena de regocijo y los visitantes completan un eslabón en el conocimiento de la joven de ayer que inspira a los de hoy, por encima de los olvidos impuestos y las distorsiones históricas perversas, tanto en Alemania como en otros lugares.
Los ojos de Tania rescatados a la contemporaneidad son azules, de un azul intenso. Y, en un instante de suspensión de la incredulidad, quien escribe se percata de la autenticidad del azul Habana, que por cruce inexplicable habita en los ojos de Tania, que tanto amase a Cuba y en Cuba. /Especial para Cubahora.cu.
Carteles de la exposición “Mitos y realidad de Tamara Bunke” |
Pancarta con foto de Tamara en la antigua RDA |
El profesor Oliver Rump durante la inaguración de la muestra |
Elizabeth Dietze, la amiga de la infancia de Tamara Bunke recorre la Exposición |
Estudiantes alemanes que asistieron a la inauguración de la exposición sobre Tamara Bunke en Santa Clara.
Fotos: Norelys Morales Aguilera
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