De la guarimba venezolana a la ciberguasanga cubana

Norelys Morales Aguilera. – Ya se ha generalizado el término guarimba para los desórdenes violentos en Venezuela, que los “ilustres” ideólogos de la guerra psicológica llaman “desobediencia civil” con el evidente objetivo de la apropiación de símbolos anticapitalistas para la subversión.

Cuando es un hecho que nueve de cada 10 venezolanos rechazan las acciones violentas desatadas por sectores de la ultraderecha desde el 12 de febrero pasado y creen en el voto para decidir los destinos del país, según las recientes encuestas realizadas en el territorio, una página de Miami proclama: “Se está promulgando la desobediencia civil en toda Cuba. Riega esta información! GUARIMBA PARA CUBA!”, con fecha y hasta con hora: 1° de abril de 2014, a las 12:00 pm.

En realidad de lo que se trata es de una guasanga aparentemente generada en Venezuela con la anuencia de Miami, aunque ahí mismo viene la auto trampa, en propiedad la ciber guasanga porque a horas del inicio del llamado a la desobediencia civil no hay cara visible que asuma el liderazgo del papelazo anunciado.

Yoani Sánchez anda por Miami dándoselas de conocedora de internet “sin internet” después de haber ganado notoriedad por sus mentiras mediáticas, que no es necesario listar ahora, pero sí recordar que para ser recibida en Miami como “promesa” al estrellato de la disidencia abdicó cuando fue categórica en aplaudir el bloqueo y la negativa de los viajes de norteamericanos a la Isla, entre otros clichés impuestos, que independiente no es.

Otros que no dan la cara y quizás haciendo disquisiciones estratégicas en la oficina de intereses de Estados Unidos en La Habana, SINA, están más quietos que estate quieto, como Martha Beatriz Roque, el fraudulento Elizardo Sánchez o el mitómano Guillermo Fariñas, sabiendo que la ciberguasanga es un fracaso cantado.

Y, el caso más llamativo el de Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, que abandonó en febrero una supuesta huelga de hambre a instancias de uno de los Díaz Balart para sumarse al apoyo de los “pacíficos venezolanos reprimidos por el régimen”,  negando que él esté haciendo un llamamiento a la desobediencia civil, como anunció en twitter y en un audio en You Tube. No hay que ser tan hábil o suspicaz para darse cuenta de que una orden miamense se cumple y punto.

Con un diseño al que no se le escapan errores ortográficos, la convocatoria no aparenta estar patrocinada por institución o gobierno alguno, aunque siempre se sabe de dónde vienen los tiros. Al uso de la imagen de un pacífico Antúnez en uno de los posters, que vemos demintintió, se le han añadido otros, como ese que llama a la lucha con  tono racista (“Negra, hoy tú eres Mariana Grajales. Negro, hoy tú eres el Titán de Bronce”) y otro con un machete ensangrentado que pide el saldo de “diez comunistas” por cada civil asesinado, con lo que desmienten el tono pacifista, que no tiene la ciberguasanga fracasada. Alguien alertó y estos carteles los quitaron de la red.

De modo que de los ejes de la guerra mediática contra Venezuela, resumidos por Ángeles Diez, el de la injerencia extranjera (cubana) va cayendo por su peso, se quedaron en el aire de mentes calenturientas o como se dice en Cuba, se quedaron colgados de la brocha y les quitaron la escalera. Entre otras cosas porque los cubanos en Venezuela no interfieren en asuntos internos y hacen su trabajo a favor de los más desfavorecidos que les cuidan y les quieren, digan lo que digan personeros y medios que no logran sus fines.

Videos, páginas en Facebook, tuiteros pagados o fanáticos, cientos de medios disciplinados en torno al propósito de golpe suave, guerra psicológica, guerra no convencional o todos juntos, estupefactos, solo les queda el recurso de acusar de represión al “régimen” y de cobardía a los cubanos, llenos de frustración e impotencia.

Pero, sobre todo, ante el fracaso que no admite disimulo en Cuba y la incapacidad de sumarse a la derrota que los venezolanos han dado a los violentos, nada mejor que ocultar la cabeza, como el aveztruz, que la ciberguasanga todavía no da negocio, aunque cualquier campaña de ese tipo por torpe que sea genera  gastos para los cuales los pagadores están listos y para eso tienen millones.

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