Liberado en Arizona Fernando González, un “espía” a quien nunca probaron que espiara [+ e-book y videos]

Fernando, sus cinco palabras más pensadas en prisión
Fernando González, fue condenado a 19 años de prisión por “conspiración por cometer delito contra Estados Unidos, documentación falsa y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos”. Por apelación y buena conducta cumplió 15 años, cinco meses y 15 días.

Al ser liberado fue trasladado desde la Prisión Federal de Safford, Arizona, a una Prisión Federal de Inmigración hasta ser deportado a Cuba. Se espera por la fecha de su arribo a la Isla.

Tanto a Fernando como a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González, ya en libertad, conocidos por los Cinco Antiterroristas cubanos, sufrieron la violación de sus derechos.

• Se les negó la posibilidad de ser juzgados en otra sede (ciudad), haciendo que enfrentaran un juicio desventajoso para ellos, minado por un ambiente de odio e intolerancia por su condición de revolucionarios cubanos y luchadores contra los grupos terroristas que se enseñorean en Miami y se pavonean con sus crímenes.
• Se les endilgó el delito de enviar al gobierno cubano información sobre la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que no pudo ser probado, a pesar de lo cual se les acusó de conspiración para cometer espionaje.
• No se permitió a la defensa instruir al jurado sobre la tesis de “estado de necesidad” que justificaba la participación de estos hombres en tareas de penetración de los grupos terroristas radicados en EE UU, los cuales promueven actos de terrorismo contra su Patria.
• Se desoyeron 44 precedentes judiciales que favorecerían a los acusados.
• Se impuso a un jurado viciado y dispuesto a congraciarse con los sectores intolerantes de la ciudad de Miami. Hoy se sabe que dicho jurado fue presionado para emitir un fallo desfavorable y condenatorio para los acusados.
• Cuestionada actitud de tolerancia de la juez hacia la fiscalía.
• Violación de la Quinta, Sexta y Octava Enmiendas de la Constitución norteamericana, las que amparaban a los acusados.
• Acusación a Gerardo Hernández del delito de conspiración para cometer asesinato sin que existieran pruebas para ello.
• En consecuencia, imposición de penas excesivas por los supuestos delitos cometidos. Empleando de manera engañosa, por ejemplo, el cargo de conspiración para cometer espionaje, se les presentó como espías y se les impuso a tres de ellos la máxima pena contemplada para este delito: cadena perpetua. Nunca se probó que realizaran espionaje contra EE UU.





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