José Manzaneda, coordinador de
Cubainformación.- La agencia española Efe publicaba recientemente que el número
de mujeres parlamentarias en el mundo ha aumentado un 1% en el último año,
ocupando el 20,3% del total de escaños (1): una cifra aún bien alejada del 30 %
propuesto por la Conferencia de Beijing del año 2000 (2). La nota de Efe, que
fue convertida en noticia por numerosos medios, señalaba, además, que este
ligero aumento se debe en gran parte a la implantación de cuotas obligatorias.
Según la misma información, sabemos que América es la
región con el promedio de parlamentarias más alto del mundo, el 24,1%.
Curiosamente, Cuba, que tiene la tercera mayor cifra
del mundo, el 48,86, y que consigue la paridad sin una ley de cuotas, ni es
mencionada (3). Para conocer las cifras de Cuba debemos acceder bien a la prensa
cubana, bien a los informes de organismos de Nacionas Unidas, como la CEPAL (4).
A través de estas estadísticas, descubrimos que Cuba ocupa el puesto número uno
en cuanto a parlamentarias en América Latina, y que el último es ocupado por
Belice, con el 0 % (5).
Los mismos medios que dieron cuenta de la información
de Efe resaltan que América es la región del mundo con el mayor promedio de
parlamentarias, el 24,1 %, “gracias a los números alcanzados por El Salvador,
Jamaica, México y Estados Unidos” (6). Ni una sola mención a
Cuba.
En el caso de EEUU, es de subrayar que, tras las
últimas elecciones de 2012, pasó de un exiguo 16,8 (7) a un 34 % de mujeres en
Congreso y Senado. Sin embargo, este aumento se debe a una sentencia previa del
Tribunal Electoral que impuso que al menos un tercio de los escaños debían ser
ocupados por mujeres (8).
Otro caso
curioso es el del Parlamento español, desde donde se acostumbra a impartir
lecciones de práctica política a Cuba. En enero, el diario El País titulaba de
manera triunfalista que “El Congreso roza al fin la paridad” (9). Hacía
referencia a que el 39,7% del hemiciclo de Madrid está ocupado por mujeres. Pero
también en este caso se debe a la llamada Ley de Igualdad, por la que las listas
electorales de los partidos deben contener igual número de hombres que de
mujeres. Estos partidos, por lo general, colocan a hombres en los puestos de
cabeza de las listas, lo que explica que, finalmente, no se consiga la paridad a
pesar de la ley.
La consecución
en Cuba de la paridad en la representación parlamentaria, sin la aplicación de
una ley de cuotas, es un dato sin duda relevante que la gran prensa trata de
ocultar. Como otros datos que reflejan avances de la sociedad cubana en materia
de igualdad de género. Por ejemplo, son ocupados por mujeres el 50,5 % de los
puestos políticos a nivel provincial (10), el 63 % de la matrícula
universitaria, o el 60 % de los puestos técnicos y profesionales
(11).
Sin desdeñar los desafíos, problemas y obstáculos a
superar por la sociedad cubana en materia de equidad (12), estas cifras son el
resultado de una política de la que quizá algunos países acostumbrados a dar
lecciones, tendrían algo que aprender (13).
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