Pascual Serrano/Mundo Obrero.- Voy a utilizar esta columna para contar el acoso al que sometió la periodista Ana Ibáñez al presidente de Ecuador Rafael Correa en la entrevista de TVE del programa La noche en 24 horas el 19 de abril. Las respuestas de Correa son impensables en lo ideológico en los políticos mayoritarios españoles e impensables en lo contundente y firme en los políticos de la izquierda española.
El presidente ecuatoriano comenzó explicando de forma magistral cómo funciona la deuda externa y cómo la crisis que afecta a Europa no es de producción sino financiera, es decir, por culpa de los bancos y del sistema que se pone a su servicio. Recurrió a la cita de Mark Twain "El banquero es ese tipo que te presta el paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando llueve". Al contrario que los políticos que evitan las preguntas, Correa le pide, a una periodista que tiene prisa por cumplir con el cuestionario, que le deje responder antes de pasar a la siguiente. Cuando Correa comienza a explicar la forma miserable cómo funcionan los bancos para desahuciar, la periodista le pregunta al presidente de Ecuador cómo está ayudando a sus compatriotas que en España se enfrentan a esa situación, ¿le han preguntado eso alguna vez al presidente español?
Para la periodista otro tema de actualidad es el paro y le pregunta qué oportunidades hay en Ecuador, dice que le ofrece una buena oportunidad de “vender país”, es decir, no busca conocer su opinión sobre las causas y cómo afrontar el problema, sino que Correa se quede en la idea de “vender su país”.
Seguidamente le echa en cara que dijo que los estados están en su derecho de nacionalizar empresas por interés colectivo, y le plantea dudas sobre la seguridad jurídica y cómo se decide la justa compensación. Pero precisamente eso también está en la constitución española, todos los días se están expropiando, por ejemplo, terrenos para ampliar carreteras y se establece por el órgano correspondiente la compensación.
Y llega el asunto que más le insisten al ecuatoriano. Le señala que la relación con la prensa ecuatoriana es complicada y le pregunta sobre su afirmación de que se necesita una ley de prensa. Correa responde que también es complicada la relación con los sindicatos y con otros muchos sectores y no preguntan por ello, sino por la relación con la prensa, lo que muestra que la prensa es un poder fáctico. ¿En Europa no tienen leyes de prensa?, le pregunta Correa a Ana Ibáñez. Respuesta balbuceante: “La verdad, eeh..., es que aquí la prensa no es igual que en Ecuador”. Por supuesto, dice Correa, y empieza a señalarle la relación entre cada televisión ecuatoriana y cada grupo empresarial, lo que nunca se ha atrevido a hacer en España un político.
¿Dónde estarían los límites a la prensa según usted?, sigue preguntando la periodista. Siempre será mejor que lo que hay ahora -responde Correa-, porque los límites los ponen hoy las seis familias que manejan los medios en Ecuador. También le deja claro que ya tienen una ley, que es de la época de la dictadura, que ya tiene todo lo que ellos rechazan, pero no afecta a los medios impresos.
“¿Qué país tiene el modelo a seguir?” Desconozco y no me interesa, la aprobación de una ley de prensa no es una propuesta mía, es del Parlamento, y además es un imperativo de la Constitución aprobada por referéndum, el retraso en esa ley está siendo una violación de la Constitución.
El ambiente se va calentando. Correa le recuerda que en Alemania se clausuró una radio por hacer propaganda nazi y nadie dijo que era un ataque a la libertad de expresión. “No vamos a poner ejemplos porque entonces...”, dice la periodista. “Cómo que no, vamos a poner ejemplos”, responde Correa. “Es que en televisión no tenemos nunca tiempo”, responde a su vez la entrevistadora. “Por eso no entiendo que siempre dediquen ese poco tiempo a preguntarme sobre la prensa”, le encara Correa.
Y sigue la reyerta:
-En Ecuador se han cerrado televisiones.
-¿Cuál?
-Televisión TC, bueno, no se ha cerrado, según tengo entendido se le expropió la empresa a la familia y se repartió entre los empleados, quizás lo vemos con ojos europeos y eso sea habitual en su país.
-Ese canal era del más grande banco del país, quebró, y sus dueños huyeron dejando una deuda fiscal de millones de dólares, la cobramos con esa televisión y otras propiedades y se le vendió a los trabajadores.
-Bueno, puede haber otras versiones.
-No, la realidad objetiva es esa. Parece que para ustedes es mejor que esa cadena la tengan empresarios defraudadores, fugados al extranjero que no que la tengan los trabajadores.
Y la traca final es sobre Venezuela. Le pregunta su opinión sobre el escenario postelectoral después de calificar la situación de “inestable”. Correa responde que hay un ganador, lo ha establecido el Consejo Nacional Electoral, Venezuela tiene el sistema de recuento más fiable del mundo, si el perdedor no lo acepta es su problema. Nosotros no permitiremos, como Unasur, que se desestabilice Venezuela.
Pero yo me quedo con la última escena. Tras la muerte de Hugo Chávez, a usted le ven como el sucesor en América Latina. Respuesta: Respeto mucho al rey Juan Carlos y a la reina Sofía, pero en Latinoamérica, no tenemos monarquías, no tenemos herederos, tenemos líderes que representan a sus pueblos y darían la vida por ellos.
Nos toca tomar nota.
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