“Estados Unidos saluda cualquier reforma que permita a los cubanos partir y regresar libremente a su país”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
La funcionaria indicó que la política migratoria de Estados Unidos, regulada por la Ley de Inmigración y Naturalización (INA), no se modificará. “Los ciudadanos cubanos aún requieren de visa o permiso de entrada válidos para ingresar”, dijo.
Aunque destacó que su gobierno trabaja para “garantizar” una respuesta a cualquier aumento en la cantidad de solicitudes de visa o migración no documentada. Según los acuerdos migratorios bilaterales establecidos en los ’90, Estados Unidos puede emitir hasta 20 mil visados al año para cubanos en el marco de programas de reunificación familiar y otros formatos previstos por ambos países.
Como que la política de Estados Unidos no cambia, Victoria Nuland dijo que Washington "urge a las familias cubanas a que utilicen la reunificación familiar legal y otros mecanismos de inmigración ya aplicables", concluyó la declaración.
No se menciona la prohibición de los ciudadanos norteamericanos para viajar a la Isla como parte de las medidas de bloqueo y restricción contra el país y de violaciones de sus propias leyes si de ir contra Cuba se trata.
A partir de ahora será más evidente que el gobierno de Estados Unidos:
1. utiliza la política migratoria hacia Cuba para promover conflictos internos y desacreditar a la Revolución en la Isla, y que,
2. las leyes migratorias estadounidenses se combinan con la obstrucción de la migración legal y ordenada mediante la manipulación de la política de otorgamiento de visados.
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