En un artículo publicado en el portal Antiterroristas.cu, Alarcón atribuye esa conducta de Washington al empeño en mantener el castigo contra Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González.
Comoquiera que la conducta obligaría a las autoridades —tanto a los tribunales como al Ejecutivo— a disponer la inmediata liberación de nuestros compañeros, Washington ha conspirado también para ocultar lo que hizo, incurriendo en un delito adicional, el del encubrimiento, señala en el texto el líder parlamentario.
Alarcón ofrece en el artículo detalles del affidávit (declaración jurada) recientemente presentado por Martin Garbus, abogado de Gerardo, para ratificar la solicitud de anulación de la condena del antiterrorista o pedir a la jueza Joan Lenard que, como alternativa, ordene el descubrimiento de las pruebas escondidas por el Gobierno.
El documento legal tramitado por Garbus en la Florida se concentra en el pago por Washington a periodistas con el objetivo de crear un ambiente hostil que condujera a la condena de los Cinco.
La sustancia de esa conspiración consistió en usar esos medios para desatar una campaña propagandística de odio y hostilidad sin precedentes. Emplearon para ello a un numeroso grupo de "periodistas" —en realidad agentes encubiertos del Gobierno— que publicaron artículos y comentarios repetidos día y noche hasta producir un auténtico vendaval desinformativo, apunta Alarcón.
Entre el 27 de noviembre del 2000, inicio del juicio contra los antiterroristas, y el 8 de junio del 2001, cuando fueron declarados culpables, solo The Miami Herald y El Nuevo Herald publicaron 1 111 artículos —un promedio de más de cinco diarios— con el objetivo de predisponer al jurado y la comunidad.
Pese a tratarse de una postura anticonstitucional, Washington insiste en esconder las pruebas de su comportamiento. |RHC
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