Las guerras terminadas de Obama

Al parece Obama se ha convertido en un experto en terminar guerras, con el único inconveniente que después de declararlas terminadas, los muertos y la destrucción continúa, al igual que la presencia de Estados Unidos. Claro que como Obama es Premio Nobel de la Paz es lógico que se dedique a terminar guerras.

La primera guerra que dio por terminada fue la de Iraq, que ya Bush la había dado por terminada. La realidad es que después que Bush la terminó siguieron los muertos, tanto de civiles iraquíes como de miembros de las fuerzas armadas estadounidenses.

Después que Obama la terminó han continuado muriendo personas, incluyendo estadounidenses que por lo regular son declarados como miembros de las tropas de la OTAN. En dicho país dejaron un número pequeño de asesores, unos 50,000, que sumados a los contratistas nos permite predecir que los estadounidenses van a seguir muriendo en Iraq, a pesar de que la guerra terminó.

Otra guerra que Obama está terminando es la de Afganistán, que según él terminará en el 2014, con lo cual algunos generales del Pentágono no están de acuerdo, pues consideran que sería volver al pasado y entregar el país nuevamente a los talibanes. En Afganistán continúan muriendo efectivos de las tropas estadounidenses, algunos en los propios actos en que están graduando a los que consideran serán su relevo, los militares afganos.

Otra guerra terminada fue la de Libia, que terminó poniendo en manos de grupos terroristas todo el armamento posible para que derrocaran al gobierno de Gadafi, el cual fue brutalmente asesinado, como un Bin Laden cualquiera, algo muy propio de los métodos estadounidenses.

Algo de lo que Obama y su equipo no se han percatado que en esos países ellos son catalogados como infieles, que la mayoría de la población, de acuerdo con su religión, vivirá mejor en el cielo que en la tierra y que no se debe, bajo ninguna circunstancia, atacar la religión que profesan ni tratar de que cambien de idea, ya sea quemando el Corán o proyectando una película que ridiculiza al profeta Muhammad.

En este caso murió el Embajador de Estados Unidos en Libia, J. Christopher Stevens, junto con sus tres acompañantes. Al iniciarse la revuelta, en el Consulado de Estados Unidos en Bengasi, el grupo salió en un carro a buscar un refugio más seguro, pero los lanzagranadas que llevaban algunos de los asistentes, destruyó el vehículo y mató a sus ocupantes.

Es interesante que Stevens fuera bien conocido en Bengasi, ya que durante la guerra contra Gadafi el mismo estuvo en contacto con los mercenarios de la zona, a los cuales proporcionó todo tipo de ayuda, incluyendo armamentos.

Ahora el Premio Nobel de la Paz acaba de enviar 50 marines a Libia, el primer paso de la escalada, también ha situado barcos de guerra en las costas de dicho país y ha puesto en alerta efectivos militares que se encuentran en la zona, además de cursar instrucciones a todas las embajadas para que refuercen la vigilancia e instrucciones precisas al Comando de África (AFRICOM) para posibles acciones, tanto en Libia como en otros países.

Quizás esto le salve las elecciones a Obama. Si la guerra no es en Irán o en Siria, una situación como esta en Libia siempre implica respaldo al presidente que está cuidando la “Seguridad Nacional” y demostrando que nadie puede meterse con la “hegemonía” de U.S.A. Veremos si Obama aprovecha esta situación y continúa mandando tropas a Libia, hasta llega a ocupar el país para “pacificarlo” y “castigar a los que mataron al embajador” como expresó hace pocas horas.

El día que se acaben las guerras, se acabaron los Estados Unidos.

Dr. Néstor García Iturbe


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