Representantes de los 193 estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) prosiguen hoy aquí la discusión del documento final de la Conferencia Río+20, lejos aún de alcanzar un acuerdo y con poco tiempo disponible.
Tras el fracaso de la tercera y última reunión del Comité Preparatorio, que solo consiguió aprobar un 38 por ciento del denominado Borrador Cero, Brasil asumió desde ayer la conducción de las negociaciones en una segunda etapa llamada Diálogo para el Desarrollo Sostenible, y que espera concluir exitosamente el martes venidero.
En una estrategia por disminuir las divergencias, el país anfitrión dividió en 10 los temas prioritarios a fin de lograr el tan ansiado consenso sobre el documento final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, antes de la sesión de alto nivel, prevista del 20 al 22 venideros.
Durante la primera jornada de esta segunda fase, celebrada el sábado, fueron abordados los dos primeros asuntos: Desempleo, trabajo decente y migraciones, y Desarrollo Sostenible como respuesta a las crisis económica y financiera.
Para hoy están en agenda Desarrollo Sostenible para el combate a la pobreza; Economía del Desarrollo Sostenible, incluyendo patrones sostenibles de producción y consumo; y Bosques.
El lunes y martes venideros serán debatidos Energía sostenible para todos; Seguridad alimentaria y nutricional; Agua; Ciudades sostenibles e innovación; y Océanos, según el programa oficial del evento.
Sobre la mayoría de esos temas hay divergencias, pero las principales se concentran en el concepto de economía verde, el marco institucional y los objetivos de desarrollo sostenible. Estos últimos sustituirán a los Objetivos del Milenio, adoptados en 2000 y que expiran en 2015.
Alegando la actual crisis, los países ricos no quieren compromiso alguno en el futuro e, incluso, intentan retroceder en los ya asumidos hace 20 años en la Cumbre de la Tierra, Río-92, muchos de los cuales aún están por salir del papel.
En conferencia de prensa en Riocentro, los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) exigieron que el documento final de Río+20 sea vinculante y proteja los derechos de las naciones en vías de desarrollo.
Representantes de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador hablaron sobre la importancia de lograr un texto final para la Conferencia, en el cual se tenga en cuenta lo planteado en la Cumbre de la Tierra, realizada aquí en 1992. (PL)
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