Foto: AFP |
Por lo menos este domingo ha sido día de alegría en Francia, aunque el abstencionismo electoral se dice ronda un 19,5%.
Lo que haga Hollande, si de verdad es socialista, habrá que verlo en medio de la crisis neoliberal que ha arrastrado a doce en presidentes en Europa desde 2010. [1]
Pero, el rumbo neoliberal se ha intensificado. Veremos si el francés trae una tijera o una participación social frente a los aprietos.
El nuevo ocupante del Elíseo, según Efe, de padre médico con convicciones de extrema derecha y madre trabajadora social de izquierdas, a sus 57 años Hollande tiene el apoyo de la socialdemocracia europea.
El nuevo presidente estudió derecho, políticas y comercio en prestigiosas instituciones como Science Po de París o la Escuela Nacional de la Administración (ENA), cuna de la mayor parte de los políticos franceses.
Además, ha prometido renegociar el tratado europeo de estabilidad fiscal con el objetivo de introducir más estímulos públicos. Ha criticado además, el mundo de las finanzas, al que responsabiliza de la crisis, buscando apoyos en la juventud, el profesorado y a la función pública.
"Estoy preparado para dirigir el país", había repetido el viernes Hollande, cuya primera acción como presidente electo ha sido la noche de este domingo llamar a la cancillera alemana Angela Merkel.
En las elecciones fue “guillotinado” Rey Sarko y ahora tendrá mucho que contar en las universidades que pagan miles a los pocos que han estado engañando al mundo, desatando guerras imperiales y atacando a los imnigrantes como hacedores del mal que la casta financiera impuso con la complicidad de los políticos.
Hollande adelantó algunas de las medidas prioritarias de su mandato, destacando "la reducción del déficit, la preservación de nuestro modelo social para garantizar a todos el mismo acceso a los servicios públicos y la igualdad entre territorios".
Añadió a estas la educación y el medio ambiente y dijo que la juventud estará entre las principales tareas de las que se ocupará durante su mandato. A ver si puede y a ver si la alegría francesa no pasa.
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