La dictadura militar brasileña (1964-1985) dio un apoyo financiero y diplomático de altísimo nivel al régimen del dictador Augusto Pinochet en Chile, gobierno al que defendió en los foros internacionales luego del golpe contra Salvador Allende, revelaron documentos inéditos de la cancillería de Brasilia.
Los documentos también dejan en evidencia la coordinación de las dictaduras para intercambiar datos sobre chilenos y brasileños que escapaban de los regímenes, en un capítulo del Plan Cóndor, la estrategia común de las dictaduras suramericanas.
El gobierno del dictador Emilio Garrastazú Médici (1969-1974) liberó 50 millones de dólares del Banco de Brasil para Chile y se convirtió en el principal comprador del cobre chileno apenas asumió Pinochet tras el golpe del 11 de setiembre de 1973, según los cables.
Según cables diplomáticos oficiales inéditos dados a conocer por el diario Folha de Sao Paulo, la dictadura brasileña también colaboró con Chile estratégicamente votando en contra en la OEA y en la ONU sobre pedidos de investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos.
En el campo diplomático, Brasil, a pedido de Pinochet, ocupó el status de "protector de los intereses de Chile" en los países que no reconocieron a la dictadura chilena, como México, Yugoslavia y Polonia.
Uno de los cables dice que Pinochet, en una cena ofrecida al embajador brasileño Antonio Cándido da Cámara Canto, dijo que Brasil y Chile estaban " con la lucha intransigente contra el comunismo en el mundo". [ANSA/ARGENPRESSinfo]
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