Y, ¿todavía te preguntas por qué no tomaron tu foto? Si el revolucionario eres tú, Paquito.
Unas pocas y muy breves impresiones que extrajera de la boda entre Wendy e Ignacio, una mujer transexual y un hombre gay seropositivo, en el Palacio de los Matrimonios del reparto La Víbora, en La Habana, en este otro histórico 13 de agosto.
1. Todo el mundo es feliz el día de su boda. El único problema es que el matrimonio viene después.
2. La conveniencia no tiene futuro, pero el amor —como la pelota— también puede ser redondo y venir en caja cuadrada.
3. El día que yo me vuelva a casar —o como le llamen a cualquiera que sea la forma de unión legal que tengamos en el futuro las personas LGBT en Cuba—, no le digo ni a mi madre… (¡Qué agotador espectáculo!).
4. Es imprescindible insistir más en la educación sexual de la población cubana: hay muchas personas que no hay manera de hacerles entender lo que es la transexualidad (así me lo demostraron los comentarios de la multitud de curiosos y hasta no pocos paparazis tropicales: no sé a cuántos les tuve que explicar que Wendy es una mujer)
5. Por más que determinados personajes tal vez pretendieron ser más protagonistas que los novios, en la calle la gente de pueblo juraba y volvía a jurar que Mariela Castro era la madrina de la boda y que la habían visto entrar en el Palacio. Hasta algunos homofóbicos decían “claro, ella es la culpable de todo esto” o “imagínate, si la hija de Raúl es lesbiana…”
6. También las bodas —como diría un célebre y pedante profesor de periodismo que tuvimos en la carrera— “no son en blanco y negro, tienen sus matices”. Es lamentable cuando algunos quieren capitalizar hasta la felicidad ajena en función de frustraciones e intereses propios.
7. Cada vez que voy a una boda en ese Palacio de los Matrimonios, llueve. Y nunca llevo paraguas. Agradecimientos para mi amiga y colega Dalia Acosta, corresponsal de IPS, por prestarme su sombrilla y evitar que me mojara.
8. Cualquiera diría que existe en nuestro país cierta necesidad humana insatisfecha de crónica rosa o social: alguien le preguntó a la novia hasta quién le hizo el vestido, al más ortodoxo estilo de Hollywood.
9. No es tan fácil avanzar en la comprensión sobre los derechos de las personas LGBT y en la diversidad de tipos de familia que pueden existir, pero tampoco es imposible. La mayoría de los comentarios que escuché, si no eran de respeto, al menos ya apuntaban hacia una tolerancia, “coexistencia pacífica” o resignación ante lo inevitable.
10. Para mí fue fantástico celebrar así el cumpleaños 85 de Fidel Castro. Gracias a Wendy e Ignacio por una tarde tan agitada, especial y divertida. Les deseo que sean muy felices.
¡Y hasta salí en el canal 51 de Miami! ¿Por qué yo le llamaría la atención al camarógrafo?
[Tomado de paquitoeldecuba.wordpress.com]
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