El Secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates encargó (instructed) al ejército sirio para derrocar al líder Bashar al-Assad y “otorgar poder a una revolución”.
“Acabo de llegar de Egipto, donde el ejército egipcio se mantuvo al margen y permitió a la gente manifestar y de hecho otorgó el poder a una revolución. Los sirios pueden tomar una lección de eso”, añadió Gates.
Según una encuesta conducida por CNN en 2009, al- Assad es uno de los líderes más populares del mundo árabe. Pero si usted sigue a los medios de comunicación de EE.UU., sin embargo, podría pensar que Bashar al-Assad es tan odiado como Mubarak en Egipto.
Activistas y organizadores de Internet en el mundo académico han sido financiados con más de 500 millones de dólares a través del programa de Iniciativa de Asociación del Medio Oriente del Departamento de Estado para derrocar a dictaduras obsoletas en el Medio Oriente.
Los comentarios de Gates revelaron que Siria será el próximo dominó a volcarse. Los globalistas están explotando las dificultades económicas y condiciones sociales de Siria, incluyendo alto desempleo, alza de precios de alimentos, etc.
Gates no se molestó en mencionar que a los egipcios no se les permitirá protestar contra su nuevo gobierno. El miércoles, el gabinete egipcio aprobó un decreto que criminaliza las huelgas, protestas, manifestaciones o sentadas que interrumpan a empresas privadas o del estado, o afecten la economía de algún modo.
El nuevo gobierno egipcio es una criatura del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a cargo del mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, que fue ministro de Defensa de Mubarak por dos décadas. El ejército es controlado por la élite de Egipto y por lo tanto los globalistas ahora desarrollan revoluciones de color en todo el vecindario.
Con el fin de desviar las exigencias de Robert Gates y de los globalistas, Bashar al-Assad acordó reformas sin precedentes. Reformas graduales, sin embrargo, no serían aceptables para la élite global y el establisment político de EE.UU.
Revoluciones de colores
Las llamadas revoluciones populares que se extienden a lo largo del Medio Oriente son asuntos orquestados y desatados por los globalistas, sus Ong's y agencias del gobierno de EE.UU.
“Lo que pasó en Georgia con la Revolución Rosada y la Revolución Naranja en Ucrania en 2003-2004, fue parte de una estrategia de largo plazo orquestada por el Pentágono, el Departamento de Estado y varias Ong's financiadas por EE.UU como Freedom House y la National Endowment for Democracy (NED) para crear un cambio de régimen Pro OTAN en aquellas áreas ex soviéticas y para literalmente rodear a Rusia”, dijo el autor e investigador William Engdahl a RT en enero.
“Lo que sucede en el Medio Oriente con la Revolución Jazmín en Túnez que vimos hace unos días, y ahora en Egipto con Mubarak en sus ochentas, y obviamente es un régimen que no es exactamente el más estable, tenemos una crisis alimentaria que tiene lugar como telón de fondo y al FMI diciéndole a estos países que eliminen sus subsidios estatales alimentarios por lo que tiene, por supuesto el fondo explosivo para un descontento popular. Entre todo eso usted tiene estas Ong's, como Freedom House, activistas de formación y sindicatos y varias otras organizaciones para exigir democracia, exigir derechos humanos, etc., etc”, añadió.
Hasta miembros de las Naciones Unidas han acusado a Freedom House de ser fachada de la CIA que apoya a terroristas.
Fuente original: Kurt Nimmo, Prisonplanet, http://www.prisonplanet.com/gates-instructs-syrian-military-to-impose-color-revolution.html
Con información de Aporrea http://www.aporrea.org/internacionales/n177665.html
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