Norelys Morales Aguilera.- Varios miembros del Parlamento Europeo parece que se han dedicado a mirar a fondo el grave problema de la crisis alimentaria. Por lo menos han exhortado a sus colegas a elaborar un programa que permita incrementar el control a escala mundial de las materias primas agrícolas y, respectivamente, de los alimentos.
En enero de este año los precios han llegado a un récord histórico, según el 'Índice para los Precios de los Alimentos' y un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El Banco Mundial (BM), informa de que el encarecimiento de los alimentos ha empujado a 44 millones de personas más bajo el umbral de la extrema pobreza desde el pasado mes de junio.
Los científicos advierten de un grave déficit de alimentos dentro de 10 años a causa del calentamiento global que reducirá la producción de alimentos en la mayoría de los países y hará pasar hambre a la quinta parte de los habitantes del planeta. Los economistas, por su parte, comentan que la subida actual de los precios de los alimentos se debe solo en parte a producciones escasas y acentúan en la especulación como un factor agravante, según Rusia Today.
El pleno del Parlamento Europeo (PE) ha pedido medidas más duras contra la especulación en los precios de los alimentos, ante la situación actual de encarecimiento de las materias primas, que perjudica sobre todo a los países en desarrollo.
La Eurocámara aprobó un dictamen, en el que solicita al G-20 la coordinación de medidas contra la "excesiva fluctuación de precios" y para atajar las crisis alimentarias y agrícolas.
¡Al G-20, los elegidos que no han revertido tendencia alguna que favorezca a los pobres!
El PE condenó concretamente los abusos en la manipulación de cotizaciones de productos básicos -como los agrícolas y la energía- y destacó que es "inaceptable que se explote el hambre de unos en beneficio de otros". También subrayó, en cuanto a los mercados, en que es conveniente abordar "de una manera mas enérgica" el problema de la manipulación de precios.
Por este motivo, defendió una regulación y una mayor vigilancia nacional o internacional que eviten "prácticas especulativas que vulneren el derecho a la alimentación", según EFE.
Se podría reconocer el mérito de condenar. Ahora a esperar por los ruegos al G-20
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