Compañeras y compañeros de Nuestra América:
Ya no la ceguera, si no la estupidez, la garrafal ignorancia y la mala fe de de los organismos represores colombianos -no sólo impreparados, si no carentes del más elemental criterio de las cualidades, calidades y proporciones- ha determinado la arbitraria e ilegal detención de nuestra hermana colombiana Fabiola Piñacue, (la única candidata indígena al Parlamento Andino). Al penalizarla pretenden lograr su inhabilitación para tan importante candidatura, que le otorgaría la potestad de efectuar, en ese importante foro, la defensa de los hermanos de las etnias oprimidas en los países andinos. Esa parece haber sido la maligna intensión.
¿Cuál fue el pretexto? Fabiola -como se sabe desde hace años- utiliza, creativa y sabiamente, la Hoja Sagrada de los Incas, la coca, para elaborar en una pequeña industria (como las muchas que ya existen en Bolivia y Perú) productos elaborados a partir de ese maravilloso regalo de nuestra Pachamama, cuyo consumo es altamente beneficioso para la salud del ser humano.
No se trata de clorhidrato de cocaína, o cosa que se le parezca. Son galletas, caramelos, aromáticos, licores delicados y otros, con las respectivas licencias de los organismos estatales encargados de otorgarlas. Es entonces un contrasentido que se le detenga por trasladar el insumo para la elaboración de productos autorizados.
Una nueva acción repudiable del gobierno de Uribe, bajo cuyo mandato se confeccionó y se "llenó" con los cadáveres de más de 2,000 cadáveres la fosa común más grande del mundo. Criminal ninguno en la historia ha llegado a ese extremo en su afán de exterminar a los opositores de su locura genocida.
Nuestra Adhesión y solidaridad, apreciada compañera Fabiola Piñacue. Los humildes, los pobres, los olvidados, pero orgullosos y dignos sobrevivientes de las etnias amenazadas de Nuestra América están de su lado, el lado de las causas justas.
Igor Calvo
Miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular de Honduras
Integrante de la Red Unión de los Pueblos.
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