Para no dar vueltas en Copenhague: humanos en extinción.

Los que menos contaminan pagarán precio mayor.


El 12 de junio de 1992 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, efectuada en Río de Janeiro, Brasil, Fidel Castro sentenció: "Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre".

Fidel Castro ha confesado que en ese año aún no veía tan cerca lo que hoy vaticinan los científicos. Pero al argumentar su categórica afirmación en Río de Janeiro había señalados que las sociedades de consumo eran las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente porque ellas habían nacido de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que azotan a la inmensa mayoría de la humanidad.

Las naciones industrializadas, con solo el 20 % de la población mundial, consumen más de las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo; que han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que cada día son más y más palpables.

El 22 de septiembre de este año 2009, Fidel tituló su artículo“Una especie en peligro de extinción” donde pidió atención sobre algunas realidades.

“La temperatura promedio ha crecido 0,8 grados centígrados desde 1980, según el Instituto de Estudios Espaciales de la NASA. Las últimas dos décadas del siglo XX fueron las más calurosas en cientos de años. Las temperaturas en Alaska, el Oeste canadiense y el Este de Rusia han subido a un ritmo que duplica el promedio mundial.

El hielo del Ártico está desapareciendo rápidamente y la región puede experimentar su primer verano completamente libre de hielo tan pronto como en el año 2040. Los efectos son visibles en las masas de hielo de más de dos kilómetros de altura que se derriten en Groenlandia, los glaciares de Suramérica, desde Ecuador hasta el Cabo de Hornos, fuentes fundamentales de agua, y la gigantesca capa de hielo que cubre la extensa zona Antártida”.

Sobre el tema continúo el 30 de noviembre:
“En solo 30 años adicionales, no menos de nueve mil millones de seres humanos que poblarán el planeta requieren que la cifra de dióxido de carbono que se emita a la atmósfera sea reducida a no menos del 80% de lo que se emitía en 1990. Tales cifras se comprenden con amargura por un número creciente de líderes de países ricos; pero la jerarquía que dirige al país más poderoso y rico del planeta, Estados Unidos, se consuela a sí misma afirmando que tales pronósticos son invenciones de la ciencia.

Se sabe que en Copenhague, a lo sumo, se aprobará seguir discutiendo para poner de acuerdo a más de 200 Estados e instituciones que deben dirimir los compromisos, entre ellos, uno importantísimo: quiénes y con cuántos recursos contribuirán los países ricos al desarrollo y el ahorro energético de los más pobres. ¿Acaso existe margen para la hipocresía y la mentira?”.




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1 comentario:

Anónimo dijo...

Una cosa es segura, los verdaderos culpables del cambio climático y la degradación del medio son las trasnacionales, respaldadas por los países enriquecidos… Son los mismos que buscan otros planetas que puedan albergar vida y olvidan cuidar este que es nuestro hogar. Un saludo.

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